Kilian Jornet está rompiendo con todos los parámetros imaginables. En esta ocasión, en la alta competición de esquí alpinismo.

En términos generales, ¿qué conclusiones saca de su participación y de su triunfo en la Copa del Mundo Individual?

Unas sensaciones muy buenas. Hace tan sólo 3 años, colgaba fotos de Mani, Brunod, Perrier, Giaco, Troillet... en mi pared, y hoy poder estar compitiendo con ellos es un privilegio. La Copa del Mundo premia la regularidad y me enorgullece mucho haber sido competitivo en todas las carreras. La verdad es que el circuito ha sido muy disputado, con varias carreras llegando en pocos segundos: ¡la última llegué al esprint! Ver que puedo estar adelante en una competición con un nivel tan apretado me compensa todos los «sacrificios», aunque para mí no lo son.

El triunfo en espoir estaba cantado, pero en senior la cosa era mucho más abierta. Me imagino que el nivel habrá sido muy importante, ¿no?

El nivel es muy alto. Eso se nota en que en todas las carreras las diferencias entre los primeros son de pocos segundos. Puedes sentirte fuertísimo, y a la que te descuidas, te salta una piel o te sales de la huella, y te pasan cinco. Eso hace que las carreras se disputen mucho hasta el final. Pero éste es un gran signo para la salud de este deporte. Otra cosa que se está notando es que hace unos años ganaban siempre los mismos. Esta Copa del Mundo ha tenido podios distintos en todas las carreras. Por no hablar de los países. Se ha pasado del binomio Francia-Italia, con algún suizo por medio, a una competición mucho más abierta con españoles, austriacos, alemanes, polacos, eslovacos, noruegos...en los puestos de cabeza (ojo que sobre todo se dan podios «no alpinos» en las categorías jóvenes). Esta globalización sólo se da en individuales, ya que en estos países no hay la masa de corredores de Italia y Francia. De momento estas naciones son las únicas que pueden disputar carreras por equipos competitivas.

En definitiva, se puede decir que apenas ha habido diferencias.

Así es. Ha habido 4 ganadores distintos, y no se ha repetido ningún podium. El resultado final de este año, con 5 carreras, ha premiado mucho más la regularidad. Si fallabas en una carrera -eso quiere decir no hacer de los 5 ó 6 primeros-, ya te quedabas fuera de la lucha por el título. Lo duro ha sido aguantar desde diciembre hasta abril a este nivel, y, claro, todos los otros corredores lo han mantenido también. Los más regulares, Mani -Manfred Reicheger-, Yanick Buffet y yo hemos hecho muy buenos puestos en todas las carreras, mi peor posición fue un 5º en Valtellina Orobie. Y otros muy competitivos se han quedado fuera por un mal resultado: Troillet, Eydallin, Trento, Perrier...

¿Qué esquiadores le han sorprendido?

En esquí de montaña, los «veteranos» siempre han dado mucha guerra. Brosse, Murada, Boscacci, Elmer o Meraldi ganaron hasta los cuarenta. Perrier o Sbalvi están ganando todo con cerca de cuarenta. De los «veteranos» ya se sabe que van a estar allí y va a costar mucho sacarles de delante; nunca fallan. Los favoritos siempre responden. De los jóvenes que suben, nunca se sabe quién va a salir fuerte o quién no. Este año, se han subido al carro Lorenzo, Matteo o Lenzi, que han demostrado un nivel muy competitivo. Tampoco hay que olvidar gente que se consolida, como ha sido el caso de Trento o también Javi Martín, con una temporada impresionante.

¿Qué le ha parecido la Copa del Mundo de este año, tanto en organización, como recorridos?

La organización de las carreras no depende de la ISMF, sino de cada una de ellas. Así hay carreras como Valtellina Orobie, Dashtein o los Europeos en Transcaballo que han sido muy buenas; de algunas otras, no se puede decir lo mismo.

Por otro lado, creo que aumentar la Copa a 5 y 8 pruebas ha sido un acierto, ya que es el camino que se tiene que buscar. Aún así, creo que la Copa del Mundo debe quedar en una clasificación individual, fuera de las grandes clásicas (Pierra, Mezzallama, PDG...) y buscar una imagen de marketing mucho más evidente. Con carreras a las 7 de la mañana en un pueblecillo perdido en no sabe dónde y sin ningún medio... El camino olímpico que tanto predican se ve muy negro.

Con el comienzo de la Copa del Mundo, tanto sus compañeros como usted se mostraron muy críticos con la nueva reglamentación de la ISMF, sobre todo por no permitir -en jóvenes y féminas- que en las pruebas por equipos pudieran unirse esquiadores de distintas nacionalidades. ¿No es así?

Justo. Un grupo de corredores, no sólo españoles, en un principio Mireia y yo, y luego se unieron el resto, sino también todos los suizos, algunos italianos -Guido, Gloriana...- y franceses -Laetitia- así como de otras nacionalidades, entendimos que el trabajo de la ISMF había tenido algunos errores, ya que el esquí de montaña es un deporte con poca participación en países fuera de Italia y Francia. Y con este reglamento la competitividad se reducía a este binomio. Aún más en las categorías jóvenes y chicas, ¡ha habido carreras de Copa del Mundo con tan sólo 4 equipos de chicas!. Evidentemente, no han cambiado nada. Francia e Italia son poderosos.

¿Ésa fue la razón de no participar en la Pierra Menta?

Sí. El hecho de no poder estar en reales condiciones de defender el título del año pasado y de competir con un amigo una de las más bellas pruebas del mundo me hizo desistir.

¿Qué importancia le da a su triunfo? Sobre todo teniendo en cuenta que es un espoir.

Me da mucha motivación. No creo que el hecho de que sea un espoir tenga más o menos valor. Si empiezas a entrenar antes, los resultados vienen antes. Eso sí, me da mucha motivación para seguir progresando, y sólo con seguir en este grupo ya es un gran reto.

Hábleme de cómo le fueron las 5 carreras.

Civetta, la primera, fue un poco de incógnita, no habíamos corrido nada y estábamos allí para ver como íbamos. Además, después del verano, en el que participé en algunas carreras duras, no sabía si había recuperado bien. Me encontré con muy buenas sensaciones físicas, con muy buen nivel. Esto me dio mucha motivación para seguir entrenando duro y para saber que llevaba una buena línea, además de darme la confianza para saber que, si seguía bien, podía estar disputando.

En Valtellina, una carrera muy alpina y técnica, con un recorrido impresionante, con dos largos porteos, aristas, bosques... encontré un buen nivel de forma pero fue una carrera en la que tuve muchos problemas. Para empezar, el día antes de la carrera, reconociendo el recorrido en una bajada, no vi un cambio de raspante y volé unos 25 metros rompiendo un esquí. Por la tarde, tras buscar otros esquís, al salir, me saltó una piel y la primera subida, donde pensaba abrir hueco, me sirvió para alcanzar el grupo de cabeza. A partir de allí noté el esfuerzo realido en la primera subida y aguanté con Matteo y Lorenzo hasta la última, donde perdí las pieles y me pillaron los de atrás. Al final terminé 5º, con un poco mal sabor de boca pero contento por no haber perdido muchos puntos.

En Pirámide d'Oz, fue una carrera con una organización muy justa, mucha nieve en malas condiciones y bajadas muy difíciles, con grandes partes dentro del bosque que parecían más una pista de bowsley que una carrera de esquí. Allí, el factor técnico de la bajada me jugó una mala pasada, ya que subiendo iba bien, delante, pero, gente como Guido y Buffet bajan y te adelantan como aviones. Terminar 4º junto a Buffet y a muy poco de la cabeza, donde Guido y Lorenzo llegaron juntos, me dejó muy buen sabor de boca y mucha motivación para la siguiente.

La 4ª prueba fue en casa, en Andorra. Así, llegué con una gran motivación. Pero hizo mal tiempo, viento, frío, riesgo de aludes, carretera cerrada... VallNord nos abrió la estación, accesos y puso una máquina para trazar. Al final, tuvimos un recorrido entre las pistas que resultó muy atractivo para las condiciones. Fue una carrera muy estratégica. En la primera subida salimos todos en pelotón, y no fue hasta mitad de la segunda cuando Troillet y yo nos marchamos al ver que los otros se quedaban. Decidimos abrir huella y seguir para adelante. Tengo grandes recuerdos, del resultado por supuesto, pero sobre todo del ambiente: la gente animando, mi familia, los alumnos de la escuela de Montellà, los amigos de Puigcerdà...

A la última carrera de Dashtein llegué con un gran optimismo, ya que en el anterior Campeonato de Europa encontré un nivel de forma muy alto. La carrera se destacó por las altas temperaturas y las consecuentes pájaras que sufrimos todos.

Ya ha ganado la Copa del Mundo Individual de Esquí Alpinismo, también la de carreras de montaña, así como un montón de pruebas de ambas modalidades. ¿Todavía aspira a más? ¿Le queda motivación?

Yo creo que lo más importante es seguir lo que te motiva. Ahora mismo me motiva correr, esquiar, entrenar... me encanta sentir que estoy volando en las nubes cuando salgo a entrenar. Me encanta buscar nuevos proyectos. En esquí tengo muchos retos: Campeonatos, Copas, grandes carreras... donde estar arriba y mantener el nivel es ya muy difícil. Y en verano: grandes carreras en las que no he participado y volver a realizar un mundial o ultras como los anteriores es ya un reto muy grande. A parte, este año hemos empezado un gran proyecto con Salomón, no sobre carreras sino proyectos más personales; sueños que me motivan muchísimo.

¿Le ha quedado alguna espina clavada de su participación en los pasados Campeonatos de Europa?

Bueno, en estos Campeonatos llegué con una gran forma. En la Vertical me encontré muy bien, pude reservar fuerzas. En equipos, con Javi, hicimos un carrerón. En relevos, igual. En el último día, en la individual, me encontraba muy fuerte. Además, era un recorrido largo que me gusta, y al ver que se me rompió la bota y tener que abandonar con 1'30 minutos de ventaja al segundo te deja destrozado. Le había puesto mucha ilusión, y fue un golpe duro. Ya se sabe que son cosas imprevisibles y que el deporte es así, pero, duele. Pero las espinas van bien, porque te motivan para poderlas quitar. Espero tener esta oportunidad. Campeonatos hay muchos, y espero llegar a algunos en forma.

Menudo el repaso el de los catalanes en esta Copa del Mundo: usted gana, Mireia Miró fue segunda, buenos resultados en categorías inferiores... Está claro que desde Cataluña están haciendo las cosas muy bien, ¿no?

Sí. Catalunya lleva muchos años con las carreras de esquí de montaña y el CTEMC Centro de Tecnificación de Esquí de Muntanya de Catalunya- lleva más de una década trabajando con jóvenes para tecnificarlos y formarlos. Los resultados han sido siempre buenos. La gente que lo lleva son grandes amantes del esquí de montaña de competición, y eso se nota. Desde el primer día te lo hacen sentir y te trasmiten su motivación. Aparte, son gente con una gran experiencia, tanto en la competición como en el entrenamiento. Sin Jordi Canals, Maite Hernández, Alfons Valls... estos resultados no serían posibles. Además, los más jóvenes suben muy fuertes y motivados, y eso es lo más importante. Y al ver que hay gente como Marc Solá, Mireia Miró, Marc Pin-sach...que sacan resultados, motiva mucho más.

¿Cómo ha visto a su compañera de equipo Miró en esta Copa del Mundo?

Mireia ha hecho una Copa del Mundo excepcional. Ha sabido adaptarse a la perfección al cambio de categoría. Y con mucho esfuerzo y entrenos ha conseguido hacerse un sitio muy respetado en este mundo. Mireia es una gran deportista y le encanta este deporte. ¡Creo que tenemos Mireia para años!