Se fue la Navidad. Vino el Carnaval y la Semana Santa nos dejó ayer con una bipolaridad climática de catálogo. Así que ya podemos empezar a profanar el resto del año. La televisión lo hace alrededor de cada solsticio y equinocio. Es decir, no se priva de nada en lo que a profanar se refiere. He tenido un ojo abierto durante estas vacaciones frente a la pantalla. No ayuda mucho, pero ser tuerto ante el aparato evita globalizar sobre una imagen distorsionada y peligrosa. Como siempre (ni en los días más cristianamente santoslop perdonan) han seguido programando con cal y arena entre las manos. Mel Gibson y su polémica visión de la vida de Cristo, Ridley Scott y sus vecinos romanos en «Gladiator »y creo también haber visto a Charlton Heston por allí. Estaba en un bar cuando un amigo con el que estaba tomando un txakolí a mediodía dijo: «Mira ese es Charlton Heston, como siempre». Era casi imposible adivinar quién era el actor, porque iba de incógnito en una especie de desierto con unos harapos calados hasta los ojos. Pero él se fijó muy bien en el rifle pegado al cuerpo con el que nació Charlton, a pesar de que el raccord narrativo le ubicaba en la Roma de Augusto. O quizá sea la propia televisión la que lleve un rifle pegado al grafismo con el que dispara invisiblemente sobre nuestros ojos. Sé que no es muy creativo. Una metáfora barata más acerca de ese electrodoméstico que reina en nuestra casa por encima de los demás. Aunque no se diferencian mucho, la verdad. Mi nevera siempre está más llena de contenido y necesidades básicas que la televisión. También mi lavadora es mucho más limpia que ella. Y el horno calienta y dora mucho mejor. Amén de otros como la radio, que se sigue manteniendo como el más puro de todos. De la radio debería de aprender la televisión. En serio. Pero sería complicado imaginar todas las tetas de las chicas de «Supervivientes» y a Maricielo perder toda la dignidad más animal por un puñado de rupias (Ahora mismo estoy escuchando una entrevista en la radio con Rosa Montero... y no hay color, mientras tanto Judas continúa en la pantalla).