Una estrategia nacional para Euskal Herria
Los mensajes que formulan las distintas formaciones políticas abertzales durante la jornada de Aberri Eguna se deben interpretar repasando los hechos que viene protagonizando en los últimos años cada una de ellas. En ese sentido, es muy significativo que el único partido que se excluyó de la convocatoria realizada por el Foro Nacional de Debate fuera el PNV. Y más si tenemos en cuenta que en su mitin de Bilbo tanto el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, como su todavía candidato a lehendakari autonómico, Juan José Ibarretxe, incidieran en poner su estrategia partidista por encima de la construcción nacional de Euskal Herria. Ciertamente, tanto uno como otro afirmaron que el PNV defiende «la patria vasca», pero sus constantes referencias a la necesidad de que cualquier avance en el «autogobierno de Euskadi» sea «liderado» por su partido deja en evidencia cuál es el norte que realmente guía su práctica política.
Mientras, el resto de sensibilidades políticas del mundo abertzale cruzaban el Bidasoa al mismo paso. Decir que caminaron unidas desde Irun hasta Hendaia quizás sea decir demasiado en estos momentos. Las diferencias estratégicas entre las organizaciones que estuvieron allí representadas son todavía profundas y no será fácil que se superen a corto plazo, pero tampoco se puede minimizar el gesto. No obstante, el mensaje que les congregó es claro: «Euskal Herria necesita una estrategia nacional que incluya a los agentes sociales, sindicales, políticos y, por supuesto, a las ciudadanas y ciudadanos». Para alcanzar esa meta es necesaria la unidad, y el primer paso de ese trayecto, por pequeño que sea, siempre es fundamental.
Durante este Aberri Eguna, la estrategia de ETA también estuvo presente en la mayoría de los discursos políticos al valorar la declaración que hizo pública ayer. La mayoría reiteró sus exigencias para que deje la lucha armada. Precisamente, ETA había advertido anticipadamente que «nadie le pida que renuncie a la lucha armada» mientras no se den pasos efectivos «para llevar a este pueblo a un escenario de autodeterminación». Otra prueba de que el camino está claro, pero los pasos no están acompasados por ahora.