Gordon Bajnai, un tecnócrata de 41 años, recibió el aval del Parlamento para convertirse en primer ministro y evitar así el adelanto electoral exigido por la oposición de derecha del Fidesz, favorita en los sondeos.

Bajnai recibió el apoyo de los socialdemócratas (MSZP) y los liberales (SZDSZ) para sustituir al dimisionario Ferenc Gyrcsany, quien anunció su renuncia el 21 de marzo, forzando la presentación por su partido, el MSZP, de una moción de censura constructiva. Los diputados del Fidesz no acudieron a la sesión y miles de sus seguidores exigieron desde el exterior del hemiciclo nuevas elecciones.

Bajnai liderará un «gabinete de crisis» durante un año, hasta los comicios de primavera de 2010. Ya ha anunciado draconianas medidas como la congelación salarial y la supresión de la paga extra a funcionarios y pensionistas. En su alocución de ayer, auguró que la cifra de parados, que alcanza el 9,1%, seguirá creciendo.

En un intento de vender optimismo, Bajnai puso como ejemplo de economías que salieron de la crisis a Irlanda y a los países asiáticos. Todo un decálogo de intenciones.