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El sector turístico y hostelero salva su «semana de pasión»

La Semana Santa no ha sido tan mala para los sectores turísticos vascos, aunque sí la peor de los últimos años. Había mucho temor y hasta el sector hotelero llegó a bajar precios. Al final, no hubo llenos, pero se mantuvo el tipo, sobre todo en ciudades como Bilbo. La hostelería también se benefició, gracias en parte al movimiento interno de los propios vascos, que optaron por andar por casa en lugar de viajar.

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M.EIZMENDI/J.VIVANCO |

Marina Velasco, una pequeña alavesa de diez años, vio esta Semana Santa cumplido su sueño de viajar a Eurodisney. Allí, su familia, incluso se encontró en el hotel con otra pareja de su mismo pueblo. Lo que no pudieron hacer es ascender a lo alto de la torre Eiffel, porque la cola era interminable. Como ellos, muchos vascos han hecho suyo el título que daba pie a uno de los trabajos musicales de los míticos Supertramp y preguntarse: «Crisis?, What crisis?». Sin embargo, no han sido tantos los que esta vez han optado por el desplazamiento en avión, como lo reflejan los datos del ajetreado Lunes de Pascua en el aeropuerto de Loiu: un 25% de pasajeros menos que el año pasado.

Así las cosas, por lo que ha optado la mayoría de las familias vascas que han decidido desplazarse ha sido por hacerlo a lugares geográficamente próximos o, mayoritariamente, dentro de la propia Euskal Herria.

Quienes optaron por lo primero tuvieron destinos referentes como Llanes o Ribadesella, Astorga, Torrevieja, Benidorm o Cádiz; otros prefirieron viajes de uno o dos días a zonas limítrofes como Cantabria, Las Landas o La Rioja y otras como Zamora o destinos como el museo Dinópolis en Teruel; y los más, se dedicaron a conocer su propia tierra para gozo, sobre todo, del sector hostelero.

¿Cómo ha ido, entonces, la Semana Santa turística en Euskal Herria? Se podría decir, a tenor de las voces que se han ido escuchando desde diferentes sectores, que ha habido de todo, pero que, en términos generales, la temida crisis se ha salvado.

En el Hotel Hesperia de Donostia, por ejemplo, la afluencia de clientes ha sido similar a la del año pasado y su ocupación se ha situado entorno al 93%. Sin embargo, Gonzaga Jauregi matiza que, «aunque ha venido la misma cantidad de clientes, lo han hecho pagando menos que el año pasado».

Los efectos se notan sobre todo en los clientes vacacionales, que cada vez optan por destinos más baratos o planes más asequibles. «Los clientes de empresa siguen acudiendo al hotel, pero se nota que los fines de semana acuden menos clientes». Por esta razón, la cadena hotelera ha optado por ofrecer variedad de promociones. «En Semana Santa hemos tenido una oferta especial que hemos prolongado esta semana», dice.

El balance final, expresado ayer por el propio sector, fija en un 85% la ocupación hotelera en Gipuzkoa, algo más baja que el año anterior, pero «mejor de lo previsto», según Joxean Arratibel, secretario general de los empresarios hoteleros Aspagi.

Unos contentos, otros no tanto

Las personas que acuden a Donostia tienen una visita obligada en los bares de la Parte Vieja. El tiempo no ha ayudado mucho, según certifica Francisco Pérez, del bar Iturrioz, pero aun así asegura que han tenido menos clientes de lo que en un primer momento se esperaba. «Se estaba comentando que se iba a acercar a la capital mucha gente, pero no ha sido así y se ha notado», se lamenta. Además, constata que el cliente se muestra ahora más recatado a la hora de consumir. Dichosa crisis.

Al igual que las grandes cadenas, los pequeños hosteleros también han optado por ofrecer a sus clientes incentivos y promociones. «Estos días, por ejemplo, hemos ofrecido a los clientes una ración de calamares a cinco euros y una promoción con una copa de cava y un pintxo sorpresa por tres euros». Todo es poco.

Estos días vacacionales de Semana Santa han servido para tantear las consecuencias de la crisis, por lo que de cara a la campaña de verano los hosteleros están ideando ya estrategias para fidelizar clientela. «Ideas hay, pero hay que analizarlas y sopesar si son rentables o no», reconoce, no obstante, Pérez.

Una alternativa recurrente para las familias son los albergues. Como señala Maite Larrañaga, empleada del establecimiento, en el albergue Ondarreta-La Sirena, disponen de 96 plazas y casi todas han estado ocupadas. «La ocupación ha sido similar a la del año pasado pero sí es cierto que cada vez más familias optan por esta alternativa, porque, además, disponen de cocina».

Albergues o camping, aunque esta última opción ha salido perjudicada por el mal tiempo. «En líneas generales ha sido mediocre, ya que empezó muy bien con un buen número de entradas el miércoles y Jueves Santo, aunque se notaban menos familias y cuadrillas, pero el resto de días las salidas fueron ganando», reconoce Manu Villar, recepcionista del Gran Camping Zarautz. «La lluvia, el viento y el frío han ido echando poco a poco a los turistas», se lamenta.

Y es que los resultados turísticos de la Semana Santa han ido, como popularmente se suele decir, por barrios. En la oficina de turismo de Oñati, una de las localidades guipuzcoanas que suelen ser más atractivas al visitante, reconocen una bajada de visitas. Todo lo contrario en la zona de Baztan-Bidasoa, donde no echan cohetes, pero tampoco se quejan. El Museo de la Brujería de Zugarramurdi es un ejemplo de masiva afluencia.

Desde Bidasoa Activa resumen la Semana Santa afirmando que «comparando con los datos del año pasado, se han mantenido las expectativas en cuanto a consultas atendidas, aunque se ha notado un pequeño descenso en el sector hotelero». En esta comarca, esa ocupación ha rondado el 90% en las casas rurales y agroturismos y un 70% en el resto de establecimientos, con mayor ocupación en Irun y Hondarribia.

Satisfacción en Bilbo

Igualmente dispar ha sido la ocupación hotelera en otra ciudad con cada vez más nombre turístico, como es Gasteiz. Y es que la tónica parece haber sido a la baja para este sector y buenas sensaciones para museos y otros atractivos.

Es el caso de la publicitada Catedral de Santa María, muy visitada estos días, o de la propia oficina turística de la ciudad, donde no se muestran decepcionados por las consultas atendidas, 3.300, eso sí, 700 menos que en 2008.

Las visitas de uno o dos días son las que no han fallado esta Semana Santa. Ese movimiento lo han notado en una comarca turística por excelencia y que había preparado para estas fechas muchos ganchos al cobijo de sus caldos, como es la Rioja Alavesa. O como en la Llanada alavesa, donde en pueblos como Agurain muchos foráneos han pisado sus calles y hasta dormido en sus casas rurales y agroturismos.

Municipios que son habitualmente atractivos como el vizcaino de Gernika y que estos días ha mantenido el tipo. «En estos tiempos de depresión económica, el destino Gernika ha sorteado con elegancia esta coyuntura y se afianza», se congratula la responsable de su área de Turismo, Begoña Landa. Sus 1.846 consultas la respaldan.

Pero si hablamos de Bizkaia, su capital ejerce de termómetro. Uno, el del Museo Guggenheim, revela que las visitas aumentaron un 15% -aunque llamativamente la mayoría eran vascos, no extranjeros-, aunque eso sí, el de Bellas Artes recibió un 19% menos de interesados. Ayer, la concejala de Turismo del Ayuntamiento bilbaino hizo balance y no pudo ser más positivo: la ocupación hotelera aumentó un 15% respecto al año anterior, con un 75% de ocupación, quien sabe si gracias a la rebaja de un 10% en el precio medio.

En la ciudad bilbaina, su Casco Viejo fue el destino preferido de los visitantes y es que el esfuerzo de los hosteleros por mantener sus barras abiertas ha tenido su recompensa.

Por lo que respecta a Iruñea, un total de 5.747 visitantes se acercaron a demandar información hasta la oficina turística de la Plaza Consistorial y el gremio hotelero navarro comunicó ayer que las cifras de ocupación han sido las habituales, excepto en Iruñea y Tutera, con un 10-15% menos. Hoteles rurales, campings y bungalows sí que han rozado el lleno, pero, en cambio, la recesión se ha seguido notando en los bares y restaurantes, donde se gasta menos.

En Ipar Euskal Herria la afluencia ha sido similar

En el restaurante Txalupa de Donibane Lohizune la mayoría de los comensales durante estos pasados días festivos en Hego Euskal Herria provenían del otro lado del Bidasoa. En Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa también se han notado en estas fechas una presencia mayor de visitantes, aunque de manera desigual. En el hotel Radisson de Biarritz han tenido un 70% de ocupación, incluso mejor que el año pasado a estas alturas. Por el contrario, en el hotel Mer et Golf de Angelu la bajada ha sido de un 20% respecto a 2008. El dueño del albergue y casa de huéspedes de Urruña Menttu Baita declaraba, por su parte, estar contento con el número de visitantes. Y la dueña de la casa Xirripa de Senpere decía que las reservas han sido iguales al año anterior. Idoia ERASO

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