Les juro que no puedo entender lo de los difusores (no sé ni qué difunden) de los coches de la Fórmula 1, aunque debe ser una cosa muy importante porque llevan cuarenta y ocho horas apareciendo en los sumarios de los noticieros. Esta es una complejidad mecánica que se suma a otra, aunque puede que esté confundido y se trate de algo matemático, o incluso metafísico, ahora que tenemos a un catedrático en la materia de ministro. ¿Cuándo desciende el IPC, debemos estar contentos o preocupados? No he entendido muy bien los mensajes que nos lanzan las autoridades competentes, los sindicatos y los analistas, porque cuando entro ya en el subgénero de opinadores de garrafón y tertulianos de partido ya llego al colapso más absurdo, ¿por qué es malo que suban los precios y también es malo o tampoco es bueno que bajen? ¿Qué deben hacer los precios? ¿Qué deberían hacer los que juegan con los precios y con nuestras esperanzas pequeñas? Esperaré frente al televisor con mi mando a distancia lustroso por si encuentro alguna clave.

Mientras tanto acudo a las palabras de ZP anunciando que «se producirán drásticas bajadas de publicidad en TVE». Una medida puramente de derechas, pues es lo mismo que ha hecho Sarkozy en Francia hace unos meses, lo que aquí, me temo, tiene soluciones prácticas todavía más complicadas porque los vecinos del norte han decidido que las privadas paguen un porcentaje del incremento de su publicidad debido a la renuncia de la pública. Dicen desde el gobierno español que no establecerán canon. Entonces, ¿qué queda? Los presupuestos generales del Estado tan menguados en ingresos y tan castigados en gastos, algunas componendas en el plan marco o una reducción o adelgazamiento del gasto. Si empezasemos por el principio, es decir definir qué deben ser estos entes, y se cumpliera con sus designios fundacionales y sus estatutos, a lo mejor llegábamos antes. Por cierto, ¿esta medida es para la televisión pública estatal o afecta a las autonómicas y a las municipales con sus componendas partidistas y clientelistas? Aquí la complejidad es geométrica. Incuestionable: en televisión hoy, las audiencias las sube el fútbol del bueno.