Tras casi dos días de deliberaciones, la Corte de Apelación de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) daba ayer luz verde de forma definitiva a los famosos difusores de doble plano que utilizan Brawn GP y Toyota y contra los que habían interpuesto una reclamación las escuderías Ferrari, Renault, Red Bull y BMW.

A través de un comunicado, la FIA indicó que «ha decidido rechazar las apelaciones» basándose en los «argumentos escuchados y evidenciados» que prueban que «los coches en cuestión cumplen con la regulación aplicable».

Un día después de lo esperado y tras una exhaustiva audiencia que ayer se prolongó durante ocho horas, la FIA validó los polémicos difusores que han dado una importante ventaja a las escuderías que lo incorporan en las dos carreras disputadas -Australia y Malasia- y que, según la reclamación, aprovecha las lagunas del reglamento y atenta contra el espíritu del mismo.

Los Brawn GP y Toyota, por tanto, podrán seguir utilizando los difusores de doble plano y la clasificación del campeonato quedará intacta, con Button (Brawn) a la cabeza con 15 puntos, seguido de su compañero Barrichello con 10 puntos y de los Toyotas de Trulli y Glock después, con 8,5 y 8 puntos, respectivamente. En cuanto a la clasificación de constructores, Brawn GP lidera con puño de hierro el campeonato con 25 puntos, seguido de Toyota, con 16,5 puntos y de BMW, por detrás de ellos, con 4 puntos.

Sonrisas y lágrimas

Cada cual desde el cristal con el que miraba, la sentencia de la FIA suscitó reacciones entre los equipos afectados en el caso.

Así, la alegría indisimulada de los Toyota contrastaba con las penúltimas reticencias de los Ferrari. La escudería de Maranello, según afirmó en una nota colgada en su página web, «permanece a la espera de conocer los motivos que han llevado a las autoridades de este deporte a rechazar su apelación contra los difusores empleados por otros equipos». Ferrari asegura que la decisión del tribunal lo fuerza «a intervenir sobre elementos fundamentales» de su proyecto para poder luchar con ciertos equipos en igualdad, una empresa que necesitará de «tiempo y dinero».

No obstante, Ferrari aseguraba que «multiplicará sus esfuerzos para volver al máximo nivel de la competición».

Por contra, el presidente de Toyota, Tadashi Yamashina, declaraba que «esperaba este veredicto y estoy muy satisfecho. Nunca hemos dudado de que nuestro coche no cumpliera las normas. Ahora podemos concentrarnos en una apasionante temporada en la pista».

Por su parte, Ross Brawn, propietario de la escudería que lleva su nombre, matizaba su alegría a la propia competición. «Esta decisión pone fin a esta cuestión y ahora esperamos continuar en las pistas los desafíos que plantea este excitante comienzo del Mundial 2009», concluyó.

Una vez conocida la resolución, los propios pilotos trataban de enfocar sus pareceres al futuro, que pasa por el Gran Premio de China, a disputarse este fin de semana. Así, el ex campeón mundial y primer piloto de Ferrari Kimi Räikkönen declaraba confiado en que las modificaciones introducidas en su F60 mejoren las prestaciones de su monoplaza. «A mi coche le faltaba agarre y velocidad. En China introduciremos algunas piezas nuevas, y espero que funcionen en seguida».

Pese a todo, el piloto finés pudo colar aún una última queja. «Lo malo es que no hemos podido probar el coche en un circuito. Con las nuevas reglas, la jornada del viernes es mucho más importante que antes».