Los ministros del G-8 no logran concretar medidas frente a la crisis alimentaria
Los ministros de Agricultura del G-8 reconocen que el mundo está «muy lejos» de alcanzar los Objetivos del Milenio fijados por la ONU para reducir la malnutrición. La cumbre sobre crisis alimentaria finalizó sin medidas concretas para hacer frente al hambre en el mundo.
GARA |
«La declaración del Milenio firmada en el año 2000 tenía como objetivo reducir a la mitad el número de personas que padecen hambre y malnutrición en el mundo antes de 2015. El mundo está muy lejos de alcanzar ese objetivo», indicaron los ministros de Agricultura del G-8 en una declaración conjunta al término de la cumbre sobre crisis alimentaria celebrada durante los últimos tres días en Cison di Valmarino (Italia).
El número de personas insuficientemente alimentadas o que padecen hambre en el mundo se acerca a los mil millones, según un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y la situación actual de crisis económica mundial podría aún empeorar esa situación debilitando a los países en desarrollo y conllevando una reducción de las inversiones.
«Creemos que hay que fomentar y mejorar la calidad de la producción agrícola» con el fin de alimentar al planeta, señalaron los ministros en el documento final, donde destacaron «la importancia del aumento de las inversiones públicas y privadas» en la agricultura, pero sin hacer ninguna referencia a objetivos precisos ni a medidas concretas.
Respecto a la especulación, una de las causas del alza súbita de los precios que provocó importantes revueltas el año pasado, la declaración siguió siendo vaga. «Habrá una vigilancia y un análisis suplementario de los factores que afectan potencialmente a la volatilidad de los precios de las materias primas en los mercados», se limitaron a declarar los ministros.
Además, solicitaron a las instituciones internacionales que «examinen la posibilidad de crear un sistema de almacenamiento de reservas alimentarias para las urgencias humanitarias» o para «limitar la volatilidad de los precios» ante la especulación que sufre el sector.
Satisfacción y fracaso
Los ministros destacaron la importancia «política» de la primera cumbre del G-8 en materia de Agricultura y se mostra- ron «satisfechos». Incluso el director general de la FAO, Jacques Diouf, que había pedido «acciones concretas», dijo sentirse satisfecho de que se hubiera podido reunir a altos responsables mundiales de agricultura para «llamar la atención sobre el hecho de que no hemos salido de la crisis alimentaria». Tras indicar que las verdaderas decisiones se tomarán en otra parte, en el marco de la cumbre de la FAO, Diouf consideró esta cumbre «un primer paso importante».
Para la ONG Oxfam International, sin embargo, los ministros del G8 «admitieron un fracaso colectivo y traicionaron a mil millones de personas que se mueren de hambre en el mundo», denunció Chris Leather.
Oxfam International afirmó que los responsables de Agricultura del G-8 «hicieron un reconocimiento extraordinario de un fracaso colectivo», lo que sería, añadió, una «gran ofensa» en cualquier otro campo.
Los 94 inmigrantes que todavía no habían llegado a las costas italianas y que desde hace cinco días permanecían a bordo del barco mercante Pinar bloqueados en el Mediterráneo desembarcaron ayer en Porto Empedocle, en Sicilia. Con anterioridad ya habían desembarcado en el puerto siciliano treinta personas procedentes del Pinar, y otras veinte habían arribado a la isla de Lampedusa, trasladados todos ellos durante la noche por dos naves de la Marina militar. De entre los 145 emigrantes socorridos por el Pinar, una joven embarazada falleció el jueves.
El Pinar, de bandera panameña y propiedad de un armador turco, se dirigía a Túnez cuando el jueves socorrió al sur de Lampedusa a los emigrantes que viajaban en dos barcazas. Desde entonces, los gobiernos de Malta e Italia mantuvieron una fuerte disputa para ver qué país tenía la responsabilidad de acoger a los emigrantes, ya que se encontraban cerca de la isla italiana pero en aguas maltesas. El domingo por la noche Roma aceptó el desembarco de los «sin papeles», después de que dos doctores que se trasladaron al carguero advirtieran que la situación era «insostenible».
La declaración de los ministros del G-8 (EEUU, Rusia, Alemania, Japón, Estado francés, Canadá, Gran Bretaña e Italia) deberá ser ratificada por los jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre que se celebrará en julio en la isla italiana de Cerdeña.