Tras una edición anterior caracterizada por la crisis, la XVII edicición del Piolet d´Or francés, seguramente los premios de alpinismo con más renombre, ha vuelto por sus fueros. Renovado, con fuerza y mucho criterio, la fiesta del alpinismo entregó cuatro piolets de oro -uno de ellos honorífico- en el evento que se llevó a cabo en Chamonix. No uno, como era habitual hasta ahora -aparte de las ediciones desiertas-, sino cuatro han sido los galardonados.

En la mañana del pasado sábado los seis nominados dieron detalles de sus respectivas actividades, y, a la tarde, fue el jurado presidido por Doug Scott quien decidió por consenso -no tuvieron que llegar a votar- dar tres piolets.

El primero se caracterizó por el espíritu de exploración y el premio se lo llevó la expedición japonesa de Kazuya Hiraide y Kei Taniguchi por la apertura de una vía en la sureste cara virgen del Kamet (7.756 m, India). Una escalada en estilo alpino: 1.800 metros, M5+, 5+.

La nueva ruta a la norte del Kalanka (6.931 m, India) de los japoneses Fumitaka Ichimura, Yusuke Sato y Kazuki Amano se llevó el piolet por el compromiso. 1.800 metros de vía y M5.

Y por su dificultad técnica, los suizos Ueli Steck y Simon Anthamatten recibieron el tercero: primera a la norte del Tengkampoche (6.500 m, Nepal). 2.000 metros de línea y dificultades de M7, 5, 6/A0.

También hubo un cuarto piolet de oro, que fue a parar a manos de Walter Bonatti, como reconocimiento a su trayectoria.