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Helen Groome Geógrafa

Cada cosa a su tiempo

El tiempo de las personas de a pie no parece discurrir como el tiempo político- administrativo. Aunque hace tres años el informe del propio Departamento del Gobierno Vasco indica lo interesante de reubicar la torreta, por lo visto pilló a contrapié a otro servicio de Educación

Tras años de peticiones, solicitudes y reivindicaciones, logramos que se acepte e incluso se presupueste el dinero para construir un nuevo edificio de Educación Secundaria Obligatoria en Karrantza. Atrás quedan las llamadas telefónicas, las cartas, las reuniones y la concentración de madres y padres en el patio escolar ante el silencio de la Administración. Cada cosa a su tiempo, aunque tengamos que pasar épocas inútiles y desesperantes de rabia y frustración para lograr cosas sencillas y de lógica (sólo hay que ver e intentar dar o recibir clase en el edificio actual para preguntar cómo no se ha actuado antes). El tiempo de la Administración no discurre como el nuestro.

Otros muchos años se lleva reivindicando la retirada de un transformador trifásico de 50Hz del patio escolar de los centros educativos de Primaria y Secundaria en Karrantza. Ya saben, una torreta de gestión eléctrica que casualmente se encuentra ubicada en nuestro patio escolar. Es decir, un transformador eléctrico alrededor del cual juegan cinco días de la semana niños y niñas. Cualquiera lo vería raro, y cada nuevo año escolar, cuando llegan sus hijos e hijas por primera vez a Primaria, madres y padres que lo ven raro se quejan por la presencia de la torreta, y la Asociación de Madres y Padres vuelve a solicitar su retirada. Cada año se intenta.

Y fijaos, no es solamente que madres y padres creen que quizá un transformador no pinta nada en un patio escolar, sino que un informe del Servicio de Prevención del Departamento de Educación del Gobierno Vasco de febrero de 2006 sobre el particular, dice textualmente: «Así mismo, ante el grave riesgo que esta instalación supone por el fácil acceso y su posible manipulación por parte del alumnado, se hace hincapié que de continuar en este lugar, y ante las inminentes obras a realizar en el área de actuación de los edificios educativos, supondría un riesgo importante para las personas la ubicación y permanencia del citado transformador».

Más claro agua, y como conviene hacer cada cosa a su tiempo, ¿qué mejor que aprovechar las obras de la ESO para reubicar la torreta, coordinando en el tiempo presupuestos y obras y así solucionando de forma coherente dos necesidades?

Pero el tiempo de las personas de a pie no parece discurrir como el tiempo político-administrativo. Aunque hace tres años el informe del propio Departamento del Gobierno Vasco indica lo interesante de reubicar la torreta, por lo visto pilló a contrapié a otro servicio de Educación, que ni ha programado la reubicación de la torreta ni parece haber tenido en cuenta que si la eliminase del patio contaría con un espacio interesante para hacer una entrada independiente y segura al nuevo edificio de la ESO, y eso que ha tenido tres años para pensarlo. No, cada cosa a su tiempo. ¿Qué más da? Otro gasto público en otro momento, a su tiempo y, mientras tanto, un transformador trifásico como un elefante en un patio escolar.

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