El reciente 30 aniversario de las primeras elecciones al Parlamento navarro está dando pie a un intenso debate sobre el marco actual. Mientras que la Cámara, los partidos representados en ella y algunos ayuntamientos lo festejan, desde la izquierda abertzale se insiste en que ése estatus no fue aprobado por la ciudadanía y que tres décadas después sigue sin legitimidad.

LAB presentó ayer un documento en el que repasa lo ocurrido desde entonces para subrayar que «la derecha ha salido ganando». No obstante, en la parte final se resalta el mensaje de que el cambio político es posible. Igor Arroyo lo resumió así: «Hay potencial para el cambio gracias a los sectores que han mantenido la herencia de las luchas de los años 70. Ese cambio, además de necesario, es posible, y no hay más que ver el blindaje que están llevando a cabo a nivel político y socioeconómico».

Con vistas a ello, LAB ofrece «reforzar una alternativa sindical y social a esa Navarra foral y española». Y sitúa un elemento de enganche: 2012, en que se conmemorará el quinto aniversario de la conquista castellana y la desaparición de la Nafarroa independiente. El documento apunta que «es una buena oportunidad para acumular fuerzas por el derecho a decidir desde la capital de Euskal Herria».

El documento presentado por Arroyo y Expe Iriarte, junto a representantes de LAB en cada merindad de Nafarroa, incide en que la superación del actual estatus que «garantiza la hegemonía de la derecha» pasa por dos elementos: «la construcción de un marco común para Nafarroa, Araba, Bizkaia y Gipuzkoa» y «la capacidad de decidir».

Una medalla clarificadora

LAB se declara decidido a impulsar ese cambio y asegura que la participación sindical es clave para ello en un herrialde «cautivo de la patronal y la derecha» y en el que «el Amejoramiento ha apuntalado la dependencia absoluta, también en el ámbito económico y sociolaboral».

Tras subrayar que en Euskal Herria no hay posibilidades de realizar una política soberana en este ámbito, citaron que el Gobierno navarro sí tiene una serie de competencias menores, pero las ha usado «no para garantizar el bienestar de la población, sino para acrecentar los beneficios de unos pocos, y lo han hecho en estrecha colaboración con la clase empresarial».

Pero LAB se muestra crítico sobre todo con la labor de sindicatos como UGT y CCOO. Asegura que junto a la patronal CEN, agentes sindicales como UGT y CCOO «han funcionado como un auténtico holding a la hora de gestionar la política laboral, a espaldas de los demás sindicatos y de la clase trabajadora».

Trajo a conclusión que este bloque ha pactado planes de empleo, convenios sectoriales, pactos educativos... Y añadió dos ejemplos reveladores: por un lado, la concesión conjunta de la Medalla de Oro de Navarra a CEN, UGT y CCOO en 2008, «broche de oro a una lamentable trayectoria de entreguismo»; y, por otro, la clara apuesta hecha por esos dos sindicatos en favor de un gobierno UPN-PSN tras las últimas elecciones.