Paso de gigante en la lucha por el octavo puesto tras machacar a Alta Gestión Fuenlabrada
Una explosión de juego y alegría
La derrota del Manresa en Illunbe hace que los de negro dependan de sí mismos en la última jornada, en el que jugarán ante el Barça.
BILBAO BASKET 86
FUENLABRADA 60
Arnaitz GORRITI | BILBO
Por fin Iurbentia Bilbao Basket se encontró a sí mismo. En su mejor duelo de la temporada borró al Alta Gestión Fuenlabrada y ascendió, con todo merecimiento, al octavo lugar. Además, la derrota de Ricoh Manresa en Illunbe hace que los hombres de negro dependan de sí mismos para retener la ansiada octava plaza y que dé lugar el derbi vasco en los cuartos de final de los play offs por el título.
Por desgracia, la empresa será difícil, ya que los de Vidorreta juegan en el Palau Blaugrana ante el Regal Barcelona. Si ganan lo tienen hecho, pero habrá que ver qué pasa en caso de derrota. Los manresanos se la juegan en casa ante el Real Madrid y los fuenlabreños, que también jugarán en su cancha, recibirán al DKV Joventut. Aún queda mucha tela que cortar.
Pero al inicio del choque de ayer no había tiempo de bromas ni de cábalas. Había que vencer, o morir en el intento. Concentrados a tope en defensa, cortocircuitaron a Valters, Oleson -aún con dolores de la lesión que se hizo ante el Baskonia- y Blanco desde el primer segundo, e impusieron un ritmo de juego verdaderamente endiablado. Amén de las primeras canastas de Blums o Banic, destacó un Quincy Lewis que llegaba a todos los rincones y que terminó por marcarse un buen mate tras contraataque.
El equipo de Luis Guil acostumbra a mover muy bien el balón, aprovechando los espacios de la defensa. Cuando los de Vidorreta pararon para tomar aire, con 15-4 en el luminoso, Leo Mainoldi dio vida a los madrileños con ocho puntos casi de carrerilla.
No obstante, la tarde-noche de ayer en La Casilla no se esperaba otra cosa que la victoria local, y ésta se empezaría a gestar tras un chaparrón impresionante de triples. Primero fue Markota, que se mostró tocado por alguna mano divina y después Salgado, el gran capitán.
Pero no todo era ataque, puesto que el trabajo defensivo de los de Vidorreta seguía siendo excelente, provocando al rival un sinfín de pérdidas de balón o tiros en mala posición. Sólo un par de acciones de Tskitishvili y Radivojevic salvaron la honra visitante. Al final de la primera mitad, el resultado era de un inapelable 47-28. La octava posición debía quedarse en Bilbo.
Quid pro quo
Es de suponer que la charla de Guil en el vestuario durante el descanso fuera de órdago. Pero ayer no era el día del «Fuenla», que jamás encontró la forma de remontar. Sólo se «arrimarían» a 16 puntos: 60-44.
El tercer período se cerró con un triple de Recker sobre la bocina, que hizo que las gradas de La Casilla saltasen. El último cuarto fue la fiesta, la alegría elevada al cubo cuando se supo el resultado de Illunbe, -se dio el quid pro quo- y en el que se celebraban todas las canastas, especialmente las de Recker. En los últimos minutos, Vidorreta, dio cancha a Pasalic y Savovic. Ayer fue día de fiesta.
Estaba cantado. La salvación de ViveMenorca precisaba una carambola que empezaba por su propia parte, ganando lo que le restaba de liga. Pero no pudo ser. Los hombres de Javier Imbroda cayeron por 76-67 frente al Real Madrid y firmaron su descenso de forma matemática. Un pésimo primer cuarto, que acabó con 30-15 para los de Joan Plaza, fue una losa excesivamente pesada.
Quien ayer dejó escapar una oportunidad de oro fue el CB Murcia, que cayó en su feudo por 72-83 ante el Kalise Gran Canaria. Los hombres de Manuel Husseín aguantaron a los canarios durante dos cuartos, pero el tercer parcial resultó matador, en el que los visitantes, de la mano de Freeland, sacaron una renta decisiva.
Los murcianos se jugarán su permanencia en un «cara a cara» frente al CAI Zaragoza, que le puso las cosas difíciles al DKV Joventut. En un partido parco en puntos, la Penya, con un colosal Jerome Moiso -MVP de la jornada con una valoración de 38- derrotaría por 68-59 a los maños. El choque del 9 de mayo en el Príncipe Felipe será no apto para cardíacos.