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CRÓNICA Reunión de «Tuppersex»

Risas, confidencias y descubrimientos alrededor de un vibrador

Aquí todo se toca, se chupa y se come» invita Sonia, la animadora de la reunión de Tuppersex. Entre lo que se come están los tangas de chocolate, tanto para chica como para chico. Los que se tocan son todos los productos que pasan de mano en mano, algunos suaves y otros con texturas especiales para diferentes utilidades. También se pueden chupar, como los lubricantes con sabores, desde melón a mango.

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Idoia ERASO

Las reuniones de Tuppersex se han puesto muy de moda entre las mujeres jóvenes y de cierta edad. Se ofrece un contexto diferente donde descubrir los productos de las sex-shops de una manera más íntima, sin tener que hacer frente a la vergüenza de las miradas de los demás, al cruzar el umbral de estas tiendas que todavía hoy causan retraimiento entre muchas personas. Se trata del mismo concepto que las reuniones de `tuper', es decir, una persona invita a sus amigas a su casa para que una comercial de una sex-shop venga a presentar sus productos de forma íntima y divertida. En ellas todos los presentes pueden ver, tocar y preguntar sobre aceites y lubricantes, lencería sexy, consoladores e inimaginables productos ciertamente desconocidos por la mayoría de la gente.

«Chicas, remangaos la manga y lo que os voy a pasar os lo untáis por zonas, porque hay muchas cosas que probar», arranca si tregua Sonia nada más empezar la muestra. Y así es, porque entre los productos de cosmética se pueden encontrar tanto aceites, como lubricantes o perfumes. Entre estos últimos, las fragancias de feromonas, que actúan tanto sobre las chicas como los chicos, y que pretenden crear una atracción a través de las hormonas «Es muy fácil hacer eso en un laboratorio», desvela el secreto la animadora de la velada.

«Volare» es el producto estrella de este tipo de reuniones y es presentado como muy excitante. Se trata de un vasodilatador que se aplica en los órganos genitales femeninos y está creado para aumentar la excitación. Sonia explica que hay gente a la que le encanta y otra a la que no le gusta nada. «A mí me pica», confiesa Eneritz, una de las asistentes. «A mí, cuando ando me crea una sensación rara», admite Aitziber. «Ahora es un poco raro, pero en situación puede que esté bien», da su voto de confianza Amaia. Y para las excépticas, el `set de viaje', con el ``Volare'', un jabón y unas plumas para facilitar el placer...

Mujeres multiorgásmicas

«Todas las mujeres son multiorgásmicas», incita Sonia entre risas de las asistentes. Un secreto desvelado o no que facilita el paso a las confidencias. Larraitz reconoce que a ella le había ocurrido una vez, que a su novio, al final, incluso le entró la risa de la cara descompuesta que se le puso. «¿Qué se puede hacer para volver a repetirlo?», pregunta intrigada. Pero uno de los grandes misterios de la sexualidad femenina se queda, esta vez, sin respuesta.

«¿Hay diferencia entre el orgasmo vaginal y el orgasmo del clítoris?», llega el turno de Laura. Pregunta que se precipita a responder Ainhoa: «¡Claro que sí! Con el orgasmo vaginal te parece que te vas a hacer pis». Huelga decir que las sonrisas y hasta risas se multiplican hasta que Miren, otra de las presentes, se desnuda del todo y culmina el ambiente creado con un «¡a mí me pasa eso, creo que me voy a hacer pis y me suelo aguantar!».

Es entonces cuando Ainhoa aprovecha para exhortarle a que no lo haga, incluso la anima con un intrigante a la vez que estimulante «ya verás...». Y de paso, otra frase casi lapidaria de Sonia: «El 90% de las mujeres somos clitorianas, pero yo creo que también podemos llegar al orgasmo vaginal».

Las bolas chinas...

Durante la reunión la idea del placer terapéutico está presente a diferentes niveles. «Las bolas chinas cada vez las recomiendan más ginecólogos para trabajar los músculos de la vagina después de dar a luz», cuenta la `profe'. Más de una se sorprende con la declaración, aunque no todas: «Sí, a mí mi ginecóloga me las recomendó, y en la farmacia venden muchas cosas de ese tipo, bolas de plata y también están las peras», apuntilla Ainhoa.

Estas bolas son conocidas como instrumentos de placer, pero hoy en día se recomienda llevar las bolas puestas durante un cuarto de hora o media hora mientras se está en movimiento, como reeducación. «Se puede pasar la aspiradora, trabajar los músculos del perineo y gozar a la vez», ironiza Larraitz.

La reunión de Tuppersex acaba con una tarde divertida e instructiva que al parecer la mayoría de las veces deja secuelas: «Ya verás, después de esta tarde entre las amigas hablaréis más de estas cosas. Después de haber compartido esto y hablar de ello se quita mucho la vergüenza», anima Sonia.

Del mismo modo, invita a confiar este tipo de conocimientos a la pareja, lo que da una oportunidad para hablar de las relaciones de otra manera y, sobre todo, fuera de la cama, «que es muy importante». Y no tiene reparo en contarles su caso: «Yo cuando empecé a hablar con mi novio de estas cosas, se sintió un poco intimidado y me preguntó que entonces para que le quería al él. ¡Pero también ellos se masturban y tienen pareja! Además, hay muchas cosas que son para usar en pareja». ¿Probamos?

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