Más que nunca, este Primero de Mayo ha sido la respuesta de los trabajadores de todo el mundo al capitalismo feroz. Ha provocado la crisis económica mundial y, sin embargo, quiere cargar sus consecuencias sobre las espaldas de los trabajadores, como siempre, para mantener su enormes beneficios económicos.

Desde Euskal Herria, la mayoría sindical vasca ha lanzado un mensaje a quienes hacen del capitalismo su bandera con la convocatoria de la huelga general para el 21 de mayo para frenar la posición de fuerza y de chantaje de la élite económica, apoyada por los gobiernos, que no se cuestiona el cambio del modelo injusto, sino profundizar en él generando más paro, miseria y precariedad. Todos los trabajadores estamos llamados a dar esta respuesta. No hay color ni condición que nos separe. El capitalismo no distingue entre trabajadores, sino entre quienes le son fieles y el resto. A los primeros, los compra; al resto, los exprime.

La globalización capitalista ha provocado una concentración sin precedentes de riqueza en manos de unos pocos. El 1% de la población mundial posee el 40% del total de la riqueza, según datos de la Federación Sindical Mundial (FSM). En 1889, el Primer Congreso de la Segunda Internacional Socialista, celebrado en París, fijó el Primero de Mayo como el Día del Trabajo. 120 años después, los trabajadores seguimos haciendo frente a la falta de escrúpulos de los capi- talistas. Es hora de avanzar en el reparto de la riqueza y de la justicia social.