Empieza a sonar redundante, pero El Molinón acoge hoy una final. Para los dos protagonistas aunque, por fortuna para el Athletic, las versiones no sean idénticas.

Mientras una derrota no tiene por qué complicar forzosamente la vida al Athletic, en el caso del Sporting, se roza el ganar o morir. Con seis derrotas consecutivas, el equipo asturiano ha ido perdiendo terreno, hasta caer en puestos de descenso. Queda tiempo y puntos en juego, pero los gijoneses son conscientes de que no pueden aplazar más su reacción. Manolo Preciado asegura que el de esta tarde es «el partido».

Con menos urgencias afronta el choque un Athletic que, sin embargo, también apuesta decididamente por la victoria. Precisamente para evitar una situación similar a la de su rival en un futuro próximo. Con el 13 de mayo a la vuelta de la esquina, las necesidades ligueras quedarán engullidas por el partido de Mestalla en las próximas semanas. Y cuarenta puntos, aunque al final puedan serlo, no parecen suficientes para dar la temporada por finiquitada, cuando todavía restan cinco jornadas por disputar. Un triunfo en El Molinón sí lo permitiría. En el mejor de los casos, los bilbainos incluso podrían lograr la permanencia matemática la próxima jornada.

Hoy intentarán acercarse con un once incluso más novedoso de lo que cabía prever. Porque finalmente no será Iñaki Muñoz el que acompañe a Javi Martínez en el centro del campo. Ni siquiera Joseba Garmendia, con el que probó Caparrós el viernes, o Ander Murillo, que ya ha actuado en esa posición. El elegido, según adelantó el propio técnico, es Adrien Goñi. El navarro, que ya había sido convocado por Caparrós en una ocasión, debutará así de manera oficial con el primer equipo.

Las otras tres novedades previstas en el once pasan por la presencia de Aitor Ocio, Javi Martínez y Joseba del Olmo, mientras Iñaki Muñoz -algo es algo-, regresa a la convocatoria, en la que repite Eneko Bóveda.

Unos mimbres con los que Caparrós, menos convencido ahora de que los cuarenta puntos sean suficientes, espera certificar la permanencia. «El equipo está casi salvado, pero no está todo hecho», reconoció ayer el técnico. «Y ahora, lo más difícil es conseguir ese casi».

Aunque las dos competiciones no suelen tener mucho que ver sobre el césped, la situación en la que llegan Athletic y Sporting a la cita hacen prever al entrenador un partido «muy parecido» al de vuelta de cuartos de final de la Copa. Es decir, «vibrante», con mucho «ambiente» en las gradas y «presión» del rival. «Aquel era un partido para uno u otro y éste también es importante -explicó-. Nosotros daríamos un paso definitivo y el Sporting quiere romper la mala racha de derrotas» que le ha colocado en descenso.