Maite SOROA | msoroa@gara.net
Lo que viene ahora
Si a alguien le quedaban dudas sobre quién o quiénes van a marcar la política del nuevo Gobierno de Lakua, le hubiera bastado repasar ayer la prensa de la derechona hispana. Lo dejaban claro, claro.
Y para muestra valga la perorata que largaba en «La Razón» el inefable Iñaki Ezkerra. No satisfecho con dictar un decálogo, largaba dos y con propina: «22 puntos para el cambio vasco».
Las medidas urgentes que deberá adoptar el ejecutivo de Patxi López han de pasar por «una profunda depuración del personal no democrático» en la Ertzaintza para que deje de ser una policía política, pues «las fuerzas de seguridad no pueden ser hostiles al nuevo proceso de libertad que se ha abierto». Por ahí empieza.
Y sigue por el euskara, claro: «El euskera debe dejar de ser un imperativo en la escuela y en los demás ámbitos de la vida vasca. Su protección debe desligarse de la imposición y ser revisada para que los presupuestos que se le destinan no resulten sangrantes con respecto a otras demandas sociales más prioritarias y cabales».
La enseñanza, cómo no, también en el punto de mira: «Se debe acabar con la imposición ideológica en la enseñanza y sustituir al personal fanatizado nacionalista. Porque desde la Transición, y gracias a que la inmensa mayoría del personal docente que dominaba el euskera lo hacía porque estaba fuertemente politizado, esa lengua ha servido como instrumento de control ideológico».
Y tampoco se olvida de los presos: «se debe promover una política que favorezca con eficacia el `acercamiento', no de los presos, sino de los `vascos libres', o sea el regreso de los exiliados no nacionalistas en general».
Y a partir de ahí, lo de siempre, que se debe «arrebatar a ETA el control de las fiestas populares mediante una ley que no pueda ser soslayada por los ayuntamientos», «erradicar la apología del terrorismo en canciones u otra manifestación artística», «corregirse las falsificaciones nacionalistas en la enseñanza, especialmente en las materias de Historia, Geografía y Pensamiento Político»... Y, para terminar, una guinda: «Figuras como el obispo Uriarte deben ser reemplazadas». De Benedicto XVI, por el momento, no dice nada.