Pleno de investidura en el Parlamento de Gasteiz
El PNV se duele, el PP confirma su oferta y Aralar se siente usado
El turno de réplicas se desarrolló a velocidad de vértigo ante la constatación de que todo el pescado estaba vendido, y más aún después de que Ibarretxe anunciara su despedida. No obstante, dio pie a confesiones interesantes: El PNV admitió su dolor -Egibar dijo que ha habido lágrimas-, el PP confirmó que los jeltzales hicieron una oferta, y Aralar se revolvió por vez primera ante su utilización por los ilegalizadores.
Crónica | Réplicas entre los grupos
Ramon SOLA
Ilegalización
Fue Joseba Egibar (PNV) quien con más claridad denunció la distorsión provocada por la Ley de Partidos. Apuntó que «un día» habrá que abrir un debate de fondo sobre el derecho de voto en Euskal Herria. Patxi López comenzó por ahí su réplica: «Ya basta de retórica barata. ¿Que si es más importante la renta básica o el derecho al voto? -dijo parafraseando a Egibar- La pregunta es otra: ¿Qué es más im- portante: el derecho al voto o el derecho a la vida? ¿A quién se ha impedido votar aquí? ¿Qué idea no está presente en este parlamento?».
En su intervención inicial, Patxi López ya se había escudado en que hay electos que se declaran independentistas en esa cámara, sin que hayan sido vetados. Y la insistencia en este ar- gumento terminó por molestar a la bancada de Aralar, que lleva meses siendo presentada por políticos y medios españoles como prueba de que en el Parlamento de Gasteiz sí puede haber gentes de izquierda y aber- tzales. Aintzane Ezenarro subió a la tribuna y dijo, por vez primera, que «estamos empezando a cansarnos de que se utilice a Aralar para justificar esto». Replicó además a López que su argumento era falso de raíz porque «aquí no se representan ideas, sino personas».
Joseba Egibar, del PNV, le echó un cable luego: «Estamos hablando de derecho a voto -reiteró a López- ¿Acaso hay 100.000 ó 150.000 personas que pertenecen a ETA? ¿Me está diciendo usted esa barbaridad?».
Autogobierno
La cuestión también fue objeto de rifirrafe, e incluso de miradas de sorna entre los consejeros de Ibarretxe cuando López anunció que ahora sí es posible culminar el Estatuto.
«¿Cómo se puede decir que los socialistas vascos venimos a disolver la singularidad de Euskadi?», protestó López ante las alusiones a la imposición de Madrid. «No somos el `frente españolista', somos vascos», dijo el candidato del PSOE. Citó a Indalecio Prieto y Ramón Rubial como impulsores del autogobierno vasco, de la mano de José Antonio Aguirre y Juan Ajuriaguerra, en 1936 y 1977. Mikel Arana, de Ezker Batua, no tardó en salir al paso de esta afirmación y aseguró que en realidad Prieto y Rubial «se pondrían enfermos si le vieran llegar a Ajuria Enea de la mano del PP».
Pactos
Antonio Basagoiti, el portavoz del PP, también se mostró muy molesto al entender que se ponía en duda el carácter vasco de su formación: «No voy a consentir que se hable de nuestros trece votos como si fuesen repugnantes. Nosotros también somos vascos». Y para subrayar esta respuesta a Ibarretxe, confirmó lo que era un secreto a voces, pero que hasta ahora el PP prefería dejar en entredicho: que el PNV no sólo ofreció un pacto de gobierno al PSOE, sino que también lo hizo al PP. Basagoiti lo explicó así: «Nos dieron el documento que le habían entregado al PSOE por si podíamos empezar a hablar, y yo les dije que no».
El PNV prefirió no entrar al trapo. Egibar pareció querer ocultarlo incluso al afirmar que pasan a la oposición por «responsabilidad». Ibarretxe sí lo mencionó en un momento concreto. Dijo que no tenía intención de hablar de ello, pero que se veía obligado al haberle tendido su mano Patxi López, políticamente y físicamente. «Nosotros les propusimos una coali- ción de gobierno sin ninguna condición -detalló-. Y el señor Eguiguren dijo: `No es una cuestión personal con Ibarretxe, no, con nadie del PNV'. Así que, ¿esa mano no debería haber estado tendida un poco antes?».
Frentismo
Egibar aseguró que la masiva presencia de dirigentes de PSOE y PP se debía a que compiten por «el botín: la cabeza del vasco». De hecho, por la mañana José María Aznar reclamó la paternidad de este triunfo para Jaime Mayor Oreja, de quien dijo que «prendió la antorcha» junto a Nicolás Redondo Terreros en el intento frustrado de 2001.
López se mostró incómodo en la réplica: «Yo quiero pactar, llegar a consensos, y eso no es lo que quiso hacer Mayor Oreja en 2001. No está entre mis políticos de cabecera». Tanto el nuevo lehendakari como el portavoz de su grupo, José Antonio Pastor, incidieron en que ni están en las manos del PP ni piensan romper todo lo hecho antes. Y se escudaron en que no se les puede acusar de «frente» sólo por coincidir en el voto con el PP dado que sus políticas no van a ser frentistas.
Estabilidad
Desde el PNV se puso mucho el acento en la inestabilidad que puede acarrear el gobierno. Ibarretxe afirmó que el pacto PSE-PP «no sólo es frentista, sino también débil», aunque auguró que su poderosa maquinaria mediática contribuirá a silenciar las polémicas internas.
Fiabilidad
«Ustedes no son de fiar, señores del PSOE», les reprochó Ibarretxe, que saludó a cambio la «coherencia» del PP. Citó lo ocurrido en Catalunya, en Nafarroa y ahora en Gasteiz... También les reprochó que en 2005 permitieran a EHAK estar en la Cámara sin explicar que estaban dialogando con ETA. Egibar habló también del «silencio de la izquierda abertzale en estos dos meses» como algo que «muchos contemplamos con sorpresa».