GARA > Idatzia > > Eguneko gaiak

Pleno de investidura en el Parlamento de Gasteiz

Un evidente cambio de la agenda política

Las prioridades del nuevo gobierno no serán muy distintas de las de cualquier otra comunidad, porque no ve que haya ninguna anomalía más allá de la que supone ETA.

Iñaki IRIONDO

Se ha hablado y escrito mucho de lo que supondrá la llegada a Ajuria Enea del PSE -de la mano del PP, no puede olvidarse-. Incluso se han realizado profecías apocalípticas. El tiempo, las leyes y sobre todo los decretos mostrarán hasta dónde llegan esos cambios. Pero desde los discursos que ayer realizaron el entrante Patxi López y el saliente -y nunca mejor dicho- Juan José Ibarretxe, lo que está claro es que hay una sustitución evidente de la agenda política, de qué temas son los preferentes, de cuáles van a marcar la impronta de la acción política del Ejecutivo.

El candidato del PSE y ya lehendakari electo dibujó una comunidad autonómica no muy distinta de cualquier otra del Estado español, si no fuera por la incidencia directa de ETA o por ciertas «insumisiones» de Lakua que su llegada corrige. Para él no hay aquí nada parecido a un conflicto nacional. A lo sumo, un problema de competencias estatutarias no atribuible siquiera a que el Estado haya incumplido las reglas que pactó, sino a que los distintos gobiernos nacionalistas vascos han buscado un «enfrentamiento artificial». Por tanto, su agenda de problemas y su libreta de re- cetas de solución no es muy distinta de que podría presentar un presidente de Castilla-La Mancha o el de Extremadura.

Frente a esa visión, las prioridades que marcó Juan José Ibarretxe volvieron a estar relacionadas -además de con la omnipresente crisis económica- con la falta de normalización política caracterizada también por la presencia de ETA, pero además por la ilegalización de partidos y por la falta de asunción del derecho a decidir. El problema es que el discurso de Ibarretxe, y el que hizo después Joseba Egibar, no se corresponden con la práctica política de su partido, que no ha considerado que el apartheid cuestionara la legitimidad de ninguna institución hasta que les ha conducido a la pérdida del poder. Y tampoco pueden los jeltzales decir que el PSE no es de fiar cuando a las primeras de cambio les ofrecieron formar una coalición de gobierno -como también hicieron con el PP, según confirmó ayer Antonio Basagoiti-.

Patxi López llega y Juan José Ibarretxe se marcha. Y ambos pasos se producen en medio de notables contradicciones para cada uno de ellos. Uno entra en Ajuria Enea de la mano de una derecha que le niega el carácter de gobierno de izquierdas. El otro se va después de que le presentara como candidato un partido que no siempre ha confiado suficientemente en su proyecto político. Se abre una nueva etapa para la sociedad vasca, para el Gobierno de Lakua y también para el PSE y el PNV. Y habrá que ver cuánto le dura la sonrisa al PP, pues el mantenimiento de esa mueca de Basagoiti nada bueno acabará trayendo al país.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo