El Astana de Leipheimer parte como equipo a batir con permiso de los italianos y de tres de los cuatro primeros del último Tour
El Giro arranca con un recorrido y una participación espectacular
Los organizadores de la prueba italiana han optado por un diseño diferente para festejar su Centenario, con una crono por equipos para empezar hoy en Venecia, seis llegadas en alto, etapas muy duras y largas para la batalla y una contrarreloj para hacer diferencias.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
El Giro festeja su Centenario con una carrera espectacular y una participación de lujo. La prueba comienza hoy en Venecia con una contrarreloj por equipos de veinte kilómetros y el recorrido presenta numerosas etapas para marcar diferencias. Si los participantes quieren puede resultar una carrera exageradamente dura y todo dependerá de la actitud de los equipos italianos.
El Astana presenta el bloque más potente con Leipheimer y Armstrong y ayudantes del nivel de Horner, Brajkovic, Rubiera y Popovych. No será el que ataque porque el tejano llega muy justo y les interesa que las distancias se marquen en la crono, donde Leipheimer es favorito. Él parte como gran adversario de los italianos tras ocupar el podio en las dos últimas grandes que ha preparado bien, Tour y Vuelta, e imponerse en las tres vueltas que ha corrido este año.
El segundo gran favorito es Ivan Basso, que tras superar el castigo de dos años por verse implicado en la Operación Puerto llega en forma y ha hecho del Giro su gran objetivo de la temporada para reeditar su triunfo del 2006. Junto a ellos correrán tres de los cuatro primeros del último Tour, Sastre, Menchov y Vandevelde. Aunque todos se plantean el Giro dentro de su preparación para el Tour, los dos primeros esperan estar en la disputa de los puestos de podio.
Otros cuatro ganadores de Giro
También destaca la presencia de otros cuatro ganadores en la prueba como Di Luca, Simoni, Garzelli y Cunego, que compartirá liderato en Lampre con Bruseguin, tercero del último Giro. Junto a ellos aparecen Mauricio Soler, que tiene muchos puertos para volver a ser el corredor que en el Tour del 2007 acabó en el podio final y ganó la montaña, y buenos ciclistas como Valjavec, Joaquim Rodríguez, David Arroyo, Voigt, Seeldrayers, Rogers, Scarponi, Fothen y Danielson.
Junto a ellos hay que destacar a grandes velocistas como Pettachi, Cavendish, Farrar, Swift y el oiartzuarra Allan Davis, perjudicados por un recorrido poco propicio para las llegadas al sprint. Tendrán que aprovechar las pocas opciones que van tener para lucirse en un Giro que apuesta por la espectacularidad.
Porque el trazado es durísimo y no tanto por los grandes puertos como porque la dureza está muy repartida, con muchos puertos y etapas de más de 200 kilómetros. Eso motivará que se llegue muy justo a la última semana. A algunos les parece menos duro el Giro que otros años porque se han suprimido puertos míticos como el Mortirolo o la Marmolada, pero habría sido demasiado incluirlos cuando los Dolomitas llegan muy pronto.
Será en la cuarta etapa del martes, con final en alto en San Martino di Castrozza tras trece kilómetros que no presentan grandes desniveles, pero sí los suficientes para realizar la primera selección. Sobre todo porque antes se sube otro puerto muy duro. Y al día siguiente llega otro final en alto, el Alpe di Suisi, tras 25 kilómetros de ascensión y una pendiente media del 6,1%, en el que la mayor dureza se concentra al final.
Las siguientes jornadas de largos kilometrajes no ayudarán a recuperar los esfuerzos porque los recorridos son duros, con puertos difíciles, y enseguida llega la décima etapa, una de las reinas de la prueba. Es la más larga con 250 kilómetros entre Cuneo y Pinerollo, con tres puertos de 2.000 metros de altitud, Magdalena, Vars e Izoard, cima Coppi de este Giro. De hecho, esta etapa es un homenaje al gran Fausto porque en ella hizo una de sus gestas. Después del Izoard, quedarán las subidas del Monginevro y Sestriere, que pueden provocar grandes diferencias si los italianos lanzan la batalla en el Izoard para impedir que Astana consiga que la carrera llegue sin diferencias a una crono terrible.
Una crono durísima
Porque muchos piensan que los 62 kilómetros de crono, con dos ascensiones al Passo di Bracco y al Passo di Termine, puede marcar las mayores diferencias. Pero aún quedarán cuatro finales en alto. En la decimocuarta se acaba en la Bassilica de San Lucca en Bolonia. En la decimosexta se llega al Monte Petrano tras 207 kilómetros y duras subidas previas al Cessano, Nerone y Di Catria. El Monte Petrano tiene 11 kilómetros de subida al 7,6%.
Y tras una jornada de descanso se afronta una minietapa de 79 kilómetros con final en Blockhaus, con 25 kilómetros de subida al 6,7 y 1.674 metros de desnivel. Y quedará la llegada a la cima del Vesubio del antepenúltimo día, trece kilómetros al 7,4% de media. Si faltara algo por decidir aún aguarda una crono en Roma, que sustituye a Milán como final de la prueba.
El Giro tendrá un seguimiento mayor que nunca por la primera presencia de Lance Armstrong en una grande desde su séptimo triunfo en el Tour del 2005. El tejano ha conseguido que allá donde vaya se genere una gran expectación y los altos índices de audiencia televisiva del Giro están garantizados. El tejano ya ha copado el interés en los días previos a la prueba al anunciar su idea de sacar un equipo en el 2010 e incluso de asumir a través de su Fundación contra el cáncer Livestrong el dinero para que Astana siga ante las largas que dan los dirigentes kazajos para pagar a los ciclistas. La UCI amenaza con retirarle la licencia Pro Tour por ello. Desgraciadamente Euskaltel ha renunciado al Giro más atractivo y con más difusión de la historia, cuando con Igor Antón, aunque hubiera llegado justo, y Koldo Fernández de Larrea podía haber tenido dos líderes atractivos para dar oportunidades de correr con ellos una grande a ciclistas que no podrán entrar en los equipos de Tour y Vuelta. En su ausencia, Iban Mayoz, Pedro Horrillo, Iker Camaño y David López serán los únicos vascos participantes.