El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, promulgó el jueves la ley que reserva al Estado el control de los bienes y servicios vinculados a la producción de petróleo, sus derivados y gas, y que, en la práctica, permitirá al Gobierno recuperar activos y funciones actualmente en manos de empresas privadas.

Chávez pronosticó que los gritos de la burguesía beneficiada de estas actividades se oirán «hasta en la Luna», porque «desde mañana mismo -por ayer, tras la entrada en vigencia de la ley- comenzamos a recuperar bienes y activos que pasan ahora a ser del Estado venezolano, de propiedad social, como ha debido ser siempre», destacó tras el Consejo de Ministros.

Detalló que la nueva ley declara de interés público y social las obra, bienes y servicios relacionadas con la realización de actividades primarias de hidrocarburos, y le reserva al Estado las operaciones de inyección de agua, de vapor o de gas, que sirven para incrementar la explotación de los yacimientos.

El ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, afirmó que la nueva ley era necesaria ya que la Constitución establece que las actividades primarias fundamentales para la producción de hidrocarburos están reservadas al Estado, a través de PDVSA, y añadió que la ley no afectará a la contratación de taladros de perforación y que blinda al Estado contra el arbitraje internacional, pues cualquier conflicto deberá ser resuelto en los tribunales del país.

Anunció que los 8.000 empleados de las empresas contratadas afectadas serán absorbidos por PDVSA.

«A partir de mañana vamos a desarrollar una nueva batalla naval liberadora en el Lago de Maracaibo», apuntó Chávez.