Praga estrena Gobierno a un mes del final de su Presidencia de la UE
El nuevo Gobierno de la República Checa asumió ayer sus funciones con el objetivo de cerrar, en junio, la accidentada Presidencia checa de la Unión Europea (UE) y calmar la turbulenta política nacional, bajo la consigna de la estabilidad y el ahorro. El Ejecutivo de tecnócratas liderado por el independiente Jan Fischer dirigirá el país hasta los comicios anticipados de octubre, después de que el Gabinete de Mirek Topolanek cayera por una moción de censura en marzo.
GARA |
El nuevo primer ministro de la República Checa, Jan Fischer, mandó ayer un mensaje de tranquilidad a la ciudadanía haciendo especial mención a la estabilidad institucional y al ahorro presupuestario. El nuevo Gobierno de tecnócratas -primer ministro y dieciséis carteras-, que lidera Fischer, juró ayer su cargo ante el presidente, Vaclav Klaus.
«No será un Gabinete de grandes cambios, pero no será tampoco un camino sin dificultades, por la recesión y las siete semanas que quedan de Presidencia de la UE», afirmó tras asumir el relevo del tripartito que integrados conservadores, democristianos y verdes.
El nuevo Gobierno surgió de un controvertido acuerdo, por estar al margen de los mecanismos establecidos por la Constitución, fraguado por los integrantes del tripartido. Las tres formaciones propusieron a los candidatos a Fischer, dejándole nula capacidad de maniobra.
Respecto a la tarea europea, Fischer dijo que su equipo de tecnócratas será capaz de «llevar la Presidencia a término honorablemente». Como primer escollo, el Gobierno debe aún consensuar si será Fischer, como sería de rigor, o el euro escéptico Klaus quien presida el Consejo Europeo de junio, una cita decisiva en el proceso de ratificación del Tratado de Lisboa. Klaus no ha mostrado prisa ni entusiasmo por firmar la ratificación checa del texto, pese a que el Parlamento nacional ya le ha dado el visto bueno.
Fischer, que gobernará el país hasta las elecciones anticipadas de octubre, llamó también a la austeridad presupuestaria.
Caída de Topolanek
Ha sido la crispación política de esta legislatura, iniciada en 2006, la que llevó a la caída del Ejecutivo de centroderecha liderado por Mirek Topolanek, tras una moción de censura presentada en marzo por los socialdemócratas. La kafkiana situación interna de Chequia, que accedió a la UE en 2004, ha resultado un jeroglífico para los observadores internacionales. Y es que los checos se encuentran entre los países que menos ha acusado la crisis económica, al menos de momento, lo que se antojaba como un buen punto de partida para liderar a los Veintisiete durante este semestre .
La caída del Gabinete de Topolanek en plena Presidencia de turno comunitaria ha restado dinamismo y credibilidad a la República Checa ante sus socios de la UE, quienes no han ocultado sus críticas. Éstas se han centrado, sobre todo, en relación a la confusión durante la Conferencia de la ONU sobre Racismo, la polémica con Bruselas en torno a Israel y la mala organización de la cumbre sobre la Asociación Oriental, que busca estrechar relaciones entre la UE y seis ex repúblicas soviéticas. «La verdad es que perdió el control sobre numerosas cuestiones», aseguraron fuentes diplomáticas a finales del abril.
Un plantón de la mayoría de los grandes pesos políticos de la Unión Europea en la reunión que supuso la puesta de largo de la Asociación Oriental marcó ayer la salida de Mirek Topolanek como presidente del Consejo Europeo al abandonar el puesto de primer ministro checo.
El pasado comunista del nuevo primer ministro checo, Jan Fischer, y de al menos otros tres miembros de su Gabinete de transición ha provocado un debate en el país. Fischer, de 58 años, se afilió al Partido Comunista Checoslovaco (KSC) en 1980 y lo abandonó en otoño de 1989, durante la llamada «revolución de terciopelo» que supuso la adopción del multipartidismo y el abandono progresivo de la economía socialista. Jan Kohout (Asuntos Exteriores), Stefan Füle (Asuntos Europeos) y Eduard Janota (Finanzas) también pertenecieron al KSC.
Los checos ven cómo su nuevo Ejecutivo bate el récord en número de ex comunistas desde la independencia de la República Checa -tras su separación de Eslovaquia- en 1993, y algunos se preguntan por qué se habla de «Gobierno no político» en este caso.
«Se trata de mi mayor error y derrota», admite Janota. El primer ministro muestra menos pesar y sólo dijo que «no es algo de lo que estoy orgulloso».
Según un sondeo, para el 63% de los checos, el pasado comunista de Fischer no constituye un gran problema. Tampoco el ex ministro saliente, Mirek Topolanek, le dio mayor importancia, al calificar de «inútil» el debate y considerar que «ya expió su error de juventud», ni la socialdemócrata. Para la confederación de ex presos políticos, sin embargo, el nombramiento de Fischer una «vergüenza inaudita» y algo «inaceptable».