Sri Lanka dice haber matado al número dos del LTTE en una nueva carnicería
Las denuncias de matanzas de civiles cometidas por el Ejército cingalés en su ofensiva contra la guerrilla de los Tigres por la Liberación de Tamil Eelam (LTTE) continúan sin interrupción y ante la pasividad de la comunidad internacional. Según Colombo, en uno de esos ataques habría muerto el número dos de la guerrilla tamil, Wellayan. El LTTE ha denunciado que han muerto 2.000 civiles en los bombardeos registrados el sábado.GARA |
El Ejército de Sri Lanka aseguró ayer hoy que el número dos de la guerrilla de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), Wellayan, murió durante los combates librados en el último reducto de los insurgentes en el norte de la isla.
Según un escueto comunicado, el líder guerrillero tamil murió en una ofensiva en la que las tropas de la división 58 del Ejército cingalés se hicieron con el control de una línea defensiva de los rebeldes en el municipio de Karyalamulleivaikkal el pasado día 8.
Los militares cingalés obtuvieron la confirmación de la muerte Wellayan al interceptar una comunicación del LTTE, según la nota.
El pasado 24 de abril, un alto mando del Ejército cingalés aseguró que el líder de la guerrilla tamil, Vellupillai Prabhakaran, permanecía escondido en la última franja de territorio bajo control del LTTE.
Muerte de 2.000 civiles
Los Tigres tamiles, por su parte, acusaron ayer al Ejército cingalés de haber matado a más de 2.000 civiles en los bombardeos que se han registrado desde el sábado, lo que fue desmentido por los militares. Colombo sigue hablando de que el fin de la campaña contra los insurgentes tamiles está próxima a su fin, ya que están «a punto de exterminarlos».
Acorralados en una estrecha franja costera de cuatro kilómetros cuadrados en el noreste de la isla, el LTTE afirmó ayer que «más de 2.000 civiles inocentes han muerto en las últimas horas» por el bombardeo intensivo del Ejército cingalés, según un comunicado publicado por la web Tamilnet.com.
Según este comunicado, han contabilizado más de 1.200 cuerpos y 257 cadáveres están almacenados en un hospital improvisado que desde el sábado por la noche está siendo objetivo de los disparos de artillería de las tropas de Colombo.
Las fuerzas armadas cingalesas aseguran que no están utilizando armamento pesado en su ofensiva contra los guerrilleros tamiles para no provocar daños entre los cerca de 50.000 civiles que permanecen atrapados en la zona de combates. El LTTE, sin embargo, ha denunciado en repetidas ocasiones que Colombo está empleando este tipo de munición de manera indiscriminada, provocando la muerte de numerosos civiles.
No es posible confirmar la situación sobre el terreno por fuentes independientes porque Colombo impide su llegada a la zona de combates.
En este sentido, fuentes médicas citadas por la BBC confirmaron ayer la versión del LTTE, ya que señalaron que cientos de personas murieron y más de 1.000 resultaron heridas durante los bombardeos realizados por Colombo el sábado por la noche.
Un médico que trabaja en la región aseguró a la emisora británica que casi 400 personas han muerto en las últimas 24 horas y que más de 1.000 están siendo tratadas por heridas y añadió que hay más cadáveres en las carreteras y en las playas.
El portavoz del Ministerio cingalés de Defensa, Keheliya Rambukwella, desmintió estas informaciones, destacando que se trata de «propaganda de los rebeldes» y que no ha habido bombardeos aéreos ni de artillería sobre las zonas civiles. «Eso es un hecho», insistió, tras lo que alegó que los guerrilleros mantienen a los civiles retenidos en la zona «para pedir un rescate».
«No hemos utilizado ninguna arma pesada en la zona en la que Tamilnet afirma que han muerto civiles», insistió el portavoz del Ejército cingalés, el general Udaya Nanayakkara.
El Ejército cingalés también afirma que los guerrilleros tamiles mataron a nueve civiles que intentaron escapar de la zona el sábado.
Según informaciones de la ONU, unos 6.500 civiles habrían muerto y se habrían registrado unos 14.000 heridos entre finales de enero y mediados de abril, en el marco de la ofensiva cingalesa contra la guerrilla tamil.
En estos cuatro meses, la ONU estima que cerca de 200.000 personas han huido de los combates y han sido encerradas por el Ejército cingalés en campos de concentración ubicados al norte de la isla.
Dos periodistas de France Presse pudieron acceder ayer a uno de estos campos, el número 2 de Manik Farm, en el que se hacinan 60.000 refugiados en 7.000 tiendas de campaña.
Estos campos están rodeados por alambre de espinos y estrechamente vigilados por guardias fuertemente armados, que impiden abandonar el recinto salvo para acudir a los hospitales cercanos, como el de Vavuniya, la capital departamental, o el de Cheddikulam.
El presidente de Sri Lanka, el ultranacionalista cingalés Mahinda Rajapakse, volvió a insistir el jueves en que el conflicto con la guerrilla tamil «está a punto de acabar».