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Importantes carencias en prevención dentro de Babcock

Una auditoria sobre la prevención de riesgos laborales en Babcock Power confirma carencias en materia de prevención de riesgos laborales, lo que ha sido denunciado por los delegados de prevención de esa empresa. El trabajo de control lo ha realizado Ondoan y llega a la conclusión de que el sistema de prevención se considera de «un nivel bajo», lo mismo que su integración en la gestión global.

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Juanjo BASTERRA

Los delegados de prevención de Babcock Power han denunciado diferentes decisiones de la dirección de la empresa de bienes de equipo que empeoran la seguridad y la salud de los trabajadores de la planta de Galindo en Trapagaran y que coincide con los resultados de una auditoría, realizada por Ondoan, que sitúa la eficacia del sistema de prevención de la empresa en «un nivel bajo». Según los delegados de prevención, la dirección eliminó «de forma unilateral» a una persona que suplía a los dos conductores de ambulancia en caso de accidentes.

«Eso indica -precisan los representantes de los trabajadores- que cuando alguno de ellos por cualquier motivo (vacaciones, baja o permiso) no esté en la empresa, no se cubrirán todas las horas de trabajo con el servicio de ambulancias». Entre las 6.00 y las 8.00 y las 17.00 y 22.00 «no habrá servicio de ambulancia en el trabajo de los talleres». Recuerdan, por otro lado, que «son horas en las que sólo trabajan los talleres, justo donde hay más probabilidades de accidentes y donde más siniestralidad se produce, según las diferentes estadísticas de prevención».

La conclusión a la que llegan los representantes de los trabajadores tras esa decisión es que «la dirección no corre el riesgo». Porque, según indican, «se hace supuestamente por motivos de ahorro. Pero decimos supuestamente porque nadie ha dado explicaciones. Esta dirección en su carrera descerebrada por el ahorro está perdiendo no sólo las formas, sino los fondos». En este caso recuerdan que en los dos últimos accidentes, tanto Osakidetza como la mutua, reconocieron que los trabajadores lesionados «se salvaron por la rápida intervención de la ambulancia medicalizada de la empresa». Ante esta situación, los delegados de prevención se hacen una pregunta: «¿Qué coste le han puesto a la vida de los trabajadores?».

Los delegados de prevención recuerdan que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) obliga al empresario a «una acción permanente con el fin de perfeccionar los niveles de protección existente y dispondrá lo necesario para la adaptación de las medidas de protección». Por lo que explican que «estamos decididos a no admitir esa situación, ya que se ha denunciado en el Comité Central de Prevención, donde están representados los diferentes departamentos de la empresa, aunque fuimos los únicos que nos posicionamos en contra de la reducción de la actividad de la ambulancia». Ante esta situación, los delegados de prevención sostienen que «cuando venimos a trabajar, vendemos nuestros conocimientos y nuestra fuerza de trabajo, nunca nuestra salud y menos nuestra vida», afirman los delegados.

Déficits

La auditoría de Ondoan ha detectado importantes irregularidades en Babcock. Son bastantes. Entre ellas, destacan que no se identifican ni evalúan los riesgos sicosociales, ergonómicos e higiénicos «en todos los casos» ni «se ha evaluado el riesgo a atmósferas explosivas». En ese trabajo de control se insiste en que el empresario no mantiene una actividad preventiva de los equipos de trabajo, «sobre todo en la zona de válvulas», a la vez que «se detectan elementos de seguridad anulados o retirados» y «hay cáncamos de fabricación casera, eslingas y cables en mal estado, eslingas de un sólo uso con más de un uso y eslingas anudadas y ganchos sin pestillo».

Tampoco se ha realizado medición del ruido en 2008. «La empresa no puede garantizar que ha tenido en cuenta todos los riesgos potenciales derivados de los cambios realizados, tanto tecnológicos como de procesos o de lugares de trabajo».

No existe «evidencia objetiva» de que el plan de emergencia contemple todas las situaciones de peligro y esté comu- nicado a todos los trabajadores, «incluidas las contratas».

Pero tampoco se han implantado mecanismos que garanticen la seguridad de los trabajadores frente a un riesgo grave o inminente.

Y, entre otras carencias, faltan criterios preventivos en control de productos químicos y se ha instalado productos cancerígenos de fibra cerámica cuando hay alternativa no cancerígena.

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