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Esqui Iniciativa

En el Valle Blanco se unen mujer, discapacidad y montaña

La navarra Merce Irigoien, con una discapacidad de un 90%, y la aragonesa Pilar Rivares, con un 50%, descienden esquiando el pasado 2 de mayo el itinerario clásico del Valle Blanco en Chamonix.

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Andoni ARABAOLAZA

Los montañeros siempre aseveran que la montaña es un especio de libertad, un lugar en el que se sienten libres. Dicho así, también se puede añadir que el mundo de la montaña es un buen escenario para romper barreras. Eso no es nada nuevo, y desde siempre hemos visto que se han desarrollado acciones liberadoras de ciertos tabúes.

En esta ocasión, os traemos a esta página una iniciativa que acaba de llevarse a cabo en los Alpes Franceses. Una iniciativa que tiene una triple vertiente: la primera, la adelantábamos: la montaña; la segunda, dos mujeres; la tercera, la discapacidad. Es decir, la unión de tres aspectos que por ahora era completamente tabú.

En definitiva, una actividad de montaña que, para sacarla adelante, ha necesitado de mucho trabajo en estos últimos meses. Y vamos al grano. El pasado día 2, la navarra Merce Irigoien y la aragonesa Pilar Rivares realizaron el descenso en esquís del famoso recorrido del Valle Blanco enclavado en Chamonix.

Como nos dice uno de los promotores de la iniciativa, Alberto Urtasun, estamos ante una actividad montañera diferente: «Realizamos el descenso después de siete días de preparación. En sí es noticia, porque el descenso lo llevamos a cabo con dos personas discapacitadas; dos mujeres, dos deportistas. Merce tiene una discapacidad del 90% y Pilar de un 50%. El equipo de apoyo estaba formado por Patricia Viscarret, Jean Louis Guedelain, Jabi Álvarez y yo».

No es la primera vez, ni mucho menos, que iniciativas de este tipo se desarrollan en montaña. Los impulsores de esta última, las empresas Handix y Nive, llevan ya trabajando diez años con la discapacidad en montaña. Y la última ha sido esta de Chamonix.

Accesibilidad

Adelantábamos que la iniciativa surgía como una forma de unir montaña, discapacidad y mujer. Un tema que, como nos dicen los impulsores de esta idea, era totalmente tabú y del que existe un vacío total. «Llevamos ya años trabajando con discapacitados en montaña, y nuestra idea principal en esta actividad de Chamonix es que sea un impacto para ver a lo que se puede llegar a hacer. Nos apasiona este mundo, y nuestra intención es seguir labrando ese camino».

Para realizar el descenso del Valle Blanco, los organizadores de la iniciativa y las dos deportistas pasaron nueve jornadas en Chamonix, entre otras cosas, preparando el descenso, los materiales y esperando a que las condiciones de la nieve fueran buenas.

Como nos confirma el propio Urtasun, tanto Irigoien como Rivares ya estaban habituadas con los descensos en esquís. «Tenían experiencia de antemano. Pilar esquía con una pierna, ya que es amputada femoral, y ha sido paralímpica. Merce, por su parte, tiene una lesión muy alta. Es tetrapléjica, pero lleva esquiando los tres últimos años. La limitación casi total de movimientos le hace esquiar en un tándem-esquí».

En general, la valoración de esta actividad ha sido positiva, a pesar de que hoy en día la accesibilidad de los discapacitados sea un problema. «El reto deportivo ha sido lo más sencillo, y es que lo complicado es todo lo que rodea a la discapacidad en temas de accesibilidad, adaptación de material, pruebas del mismo... Es un mundo extremadamente complejo. Lo bueno de estas cosas es que no fuera noticia y tuvieran una vida deportiva totalmente normalizada. Han respondido muy bien».

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