Situación crítica
Inoperancia absoluta y el abismo cada vez más cerca
Nuevamente condicionado por la rigurosidad arbitral, Osasuna perdió ayer un partido vital para lograr la permanencia ante otro rival directo, al que da vida a su costa. El juego rojillo fue paupérrimo.
GETAFE 3
OSASUNA 0
Asier VELEZ DE MENDIZABAL | IRUÑEA
Osauna no parece ser consciente de lo que se está jugando en este tramo final de liga, ya que en las últimas cinco jornadas está dibujando una parábola de equipo que, si no da un golpe de efecto de inmediato, se va a Segunda sin remedio. Más allá de la rigurosidad con la que los colegiados arbitran a Osasuna, no es concedible que cada partido los jugadores sigan tropezando en la misma piedra una y otra vez y cometiendo errores que, a estas alturas del campeonato, se pagan muy caros.
El comportamiento de los 1.500 aficionados navarros, que no dejaron de animar en todo el partido pese al ridículo que hicieron los futbolistas en el campo, fue junto a las derrotas de sus perseguidores directos el único apunte positivo de ayer para la familia rojilla.
El partido comenzó con imprecisiones por parte de ambos conjuntos, aunque con el Getafe demostrando muchas más ganas por perforar la meta rival. En esa tónica transcurrieron los primeros compases del encuentro, con un Osasuna incapaz de llegar a la porteria defendida por Ustari y un Getafe que lograba crear cierto peligro en jugadas aisladas.
Pero las desgracias que Osasuna viene padeciendo a lo largo de toda la temporada, y en concreto en este último tramo final, estaban a punto de cebarse con la escruadra rojilla por enésima vez. Primero fue el obligado cambio de Monreal por lesión, en cuyo lugar entró Juanfran. Y tres minutos después, el guión -archiconocido ya por los aficionados rojillos en este curso liguero- se repitió de nuevo: falta lateral que bota el Getafe, agarrón-empujón de Miguel Flaño a Mario, y el colegiado, a instancias de su linier, señala el punto fatídico y expulsa sin titubear al zaguero de Noain.
Las reiteradas protestas de los jugadores de José Antonio Camacho sólo sirvieron para que el árbitro asturiano se hinchara a amonestar a prácticamente toda la escuadra navarra -vieron tarjeta amarilla Plasil, Roberto y Pandiani-, y Granero no perdona.
Uno a cero y vuelta a empezar con diez jugadores. Los navarros tiraron de garra y empuje para acercarse a a portería defendida por Ustari, e incluso Pandiani llegó a rozar el gol con un gran disparo que repelió la escuadra. Parecía que Osasuna podía plantar cara a los getafenses en la segunda mitad, pero por desgracia no fue así.
Dos goles en cuatro minutos
Tras la reanudación, en un abrir y cerrar de ojos, los navarros se encontraron con un contundente tres a cero en el marcador. Y no fue precisamente por el buen hacer del conjunto azulón, sino más bien por demérito del once rojillo. En el minuto cuatro, Roberto, que hasta entonces estaba siendo uno de los mejores, cometió la pifia del partido al tragarse un disparo muy flojito de Granero que le iba a las manos. Una demostración más de la enorme irregularidad de la que viene haciendo gala el meta gallego a lo largo de este curso, capaz de lo mejor y de lo peor.
Y casi sin tiempo para digerir el cantadón, desbarajuste total en la escuadra navarra, que se duerme ante la entrada desde atrás de Uche, quien se interna en el área, dribla a Vadócz y ajusta el disparo pegado al poste con toda la defensa mirando. El Getafe sentenciaba el encuentro e igualaba el average particular con Osasuna.
A partir de ahí, ambos equipos deambularon por el cesped hasta la conclusión del encuentro. Poco que reseñar más allá de la expulsión de Adrián por una dura entrada con los tacos por delante a Juanfran y un disparo de Plasil a las nubes.
El entrenador rojillo, José Antonio Camacho, se escudó ayer en la actuación arbitral para justificar la merecidísima derrota de sus pupilos. Lejos de hacer autocrítica, el de Cieza hizo hincapié en el injusto trato que vienen recibiendo los rojillos a lo largo de toda la temporada.
«Le he dicho al árbitro que no puede tomar una decisión tan importante como pitar un penalti y dejarnos con diez por una acción como esa. En cada partido hay 200 penaltis como estos y no se pitan. Están teniendo demasiada alegria con nosotros», se quejó amargamente el míster, quien alertó de que los arbitrajes que está padeciendo Osasuna este año «no es algo normal» y que no le pitan «igual que al resto».
El triste protagonista del partido junto a Roberto, Miguel Flaño, aseguró por su parte que se siente «asqueado» por el penalti que le señaló y que acarreó su expulsión. «No se puede pitar un penalti con tanta facilidad» se quejó el central de Noain, quien no obstante quiso transmitir un mensaje de optimismo y afirmó que «no podrán» con Osasuna.
Asimismo, tras el partido se conoció que Natxo Monreal sufre un esguince en su tobillo derecho. Las pruebas médicas del club determinarán si podrá jugar el próximo sábado ante el Sevilla.