El Glorioso desaprovecha una ocasión de oro de restar puntos para la salvación
Si hay que sufrir tanto ante diez...
Un gol a la contra de Moisés echó al traste las alegrías alavesas, fruto del gol de Albacar de penalti. La salvación sigue a cinco puntos.
GARA | TARRAGONA
Si la salvación debe pasar por partidos como el visto ayer ante el Nàstic, tan sólo cabe apelar a los milagros. El Alavés sacó un punto de la visita a Tarragona después de divagar con miedo, sin prácticamente disparar a puerta. En ningún momento los hombres de Javi López maniataron a un rival que no se juega nada en esta recta final, que se antoja preocupante para los gasteiztarras. Nuevamente, el Alavés abre la zona de descenso y la permanencia se mantiene a cinco puntos.
A pesar de ello, el Alavés empató ante el Nàstic en un partido que estuvo a punto de ganarlo. El gol de Albacar, de penalti, adelantó al «Glorioso» en la segunda parte, pero el cuadro catalán evitó la derrota con el tanto de Moisés. Una lástima para las aspiraciones alavesas, ya que los resultados, como el empate del Córdoba y la derrota del Celta en casa en la jornada del sábado, le beneficiaban. Así que los babazorros tenían una gran oportunidad para acercarse a los puestos de salvación.
Los primeros compases del partido denotaron lo que cabía esperar de un Nàstic que no se jugaba nada y lo que no podía permitirse el Alavés, dar la imagen de un equipo atenazado por el miedo, incapaz de triangular más allá de su propio campo.
Sin ocasiones, los locales controlaron el balón lejos de los tres palos de Bernardo, a excepción de dos tiros lejanos de N'Gal y Jordi Alba. Lástima que nadie le acercó una revista al guardameta Rubén Pérez. Incluso por momentos pareció que ambos conjuntos disputaban un trofeo de verano, más que una jornada de Liga.
Tan sólo una acción puntual podía cambiar el devenir del encuentro, y la jugada llegó con un penalti de Medina a Javi Guerra. Albacar, nacido en la provincia de Tarragona, hizo el primero (min. 66). Era un premio demasiado grande por lo visto hasta entonces, pero el guión se había puesto de cara, sorprendentemente.
Quizás por ello la alegría duró tan poco. Ferrando dio entrada al veterano Moisés, que poco después consiguió el empate en la primera ocasión clara de los tarraconenses (min.79).
El propio Moisés pudo rubricar el segundo tras una acción de José Mari. Por suerte, porque se acercaba el segundo, no hubo tiempo para más y llegó el final. La salvación se aleja y, sufriendo así ante diez, es inevitable que aumente el pesimismo.
Javier López se mostró muy compungido por el empate porque, tal y como había jugado el equipo, la victoria estaba al alcance de la mano. A pesar de ello, López no quiso arrrojar la toalla. El técnico comentó que «estamos fastidiados, pero tranquilos, porque hemos acariciado la victoria y hecho todo lo posible». Afirmó que «salvo la primera parte en la que que nos hemos metido atrás, me voy satisfecho. Ahora hay que hacerse fuertes en casa».
Por ello, el míster del Glorioso miraba el futuro y declaraba que «la semana que viene hay enfrentamientos directos y es una jornada ideal para dar un paso. Creo que la cifra para la salvación estará por debajo de cincuenta puntos. Lo que queda debemos plantearlo como una final. Además, el equipo está acostumbrado a vivir con presión».
GARA
