La Real sigue su racha de visitante
Dos goles de los máximos goleadores realistas, Abreu y Agirretxe, permitieron a los guipuzcoanos sumar una nueva victoria a domicilio sin hacer demasiados méritos ante un Alicante que tuvo más oportunidades. Casi todo lo destacable se concentró en el segundo tiempo.
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Joseba ITURRIA | ALICANTE
La Real dio continuidad a su racha de efectividad como visitante que le ha permitido sumar 13 de los 15 últimos puntos disputados fuera de Anoeta, en los que ha marcado once goles, cinco de Abreu, que ayer volvió a abrir el camino a una victoria que no valdrá para ascender, pero sí para que Lillo pueda fijar la atención en este final de Liga.
El técnico tolosarra dejó claro que, al menos por ahora, no va a pensar en la próxima temporada al alinear a todos los jugadores que no seguirán y no contar con ningún jugador del Sanse. Esa decisión sólo se puede argumentar si acompañan los resultados y la victoria de ayer permitió a la Real auparse a la sexta plaza cuando en caso de empate habría quedado octava. Esa es la lectura más positiva de ayer.
Porque en la sala de prensa Lillo se mostró satisfecho con el juego con balón de su equipo desde el minuto 20 hasta el 0-1 y un periodista local dijo que la Real ha sido el mejor equipo que ha jugado en casa del Alicante, pero el encuentro de los blanquiazules no fue nada bueno y sólo lo salvó el gran acierto de Bravo, Abreu y Agirretxe.
El chileno volvió a ser el mejor realista y eso deja en evidencia que el Alicante tuvo más y mejores ocasiones que la Real. Pero Bravo desbarató todas menos la última y a Abreu y Agirretxe les bastó una a cada para demostrar que son los mejores goleadores de este equipo. Por eso la Real ganó un partido extraño y condicionado por el ambiente.
Un ambiente negativo
El calor y la crispación entre los pocos centenares de seguidores del Alicante que van al campo y que están enfrentados entre sí porque la mayoría está en contra del presidente Juan Antonio Iniesta y otros le apoyan provocó que el primer tiempo resultara muy pobre.
La Real, cuando enlazaba jugadas, chocaba con la situación de Moha en banda derecha. Recibió cinco balones y como no tiene fe en su pierna derecha en todos ellos retrocedió, tuvo muchas dificultades para maniobrar y los desperdició todos.
Tampoco la presencia de Xabi Prieto en el centro para dar una referencia a su equipo fue muy productiva y en todo el primer tiempo sólo se pudieron contabilizar dos remates fuera sin peligro de Marcos y Ansotegi.
Poco más juego daba un pobre Alicante, que pudo adelantarse en el minuto 4 en un remate claro de Fernando Béjar con la izquierda que se fue fuera por poco. Los locales llegaban con más asiduidad a las cercanías del área, pero se equivocaban al buscar disparos lejanos que no llevaban ningún peligro.
El partido cambió radicalmente en el segundo tiempo, jugado con menos calor, menos bronca en la grada y con más ocasiones de ambos equipos. La Real comenzó mejor con un gran centro de Castillo que Marcos no supo rematar de cabeza en clara situación e inmediatamente llegó el gol de Abreu en una falta local que Bravo convirtió en un contragolpe con el apoyo de Prieto, Castillo y Moha, que asistió al uruguayo con su pierna y en su banda buena.
A partir de ahí el Alicante mandó y tuvo tres claras opciones para empatar, sobre todo la primera de Peragón en posición dudosa. Bravo la desbarató y lo mismo que hizo con dos remates claros de Fernando Béjar y Pedro. El Alicante asumió riesgos y así la Real pudo marcar primero por mediación de Mikel González y lo hizo después con un remate de Agirretxe. Azkoitia recortó diferencias, pero ya no había tiempo para más.
Juanma Lillo quiso mantener encendida la llama de la esperanza al decir que «si hay matemáticas es porque pueden ocurrir cosas. Debemos hacer lo nuestro independientemente de lo que hagan los demás. No tenemos derecho de terminar haciéndonos reproches y hay que seguir hasta el último minuto del último día. Tenemos que ganar al Albacete y esperar consecuencias. Esta semana no han sido buenas, pero igual ahora, cuando no lo esperas, les toca perder. Y si les toca, que estemos lo más cerca posible. Al ganar, es muy importante el partido del Albacete».
Lillo se quedó satisfecho con «las cosas buenas que he visto al equipo desde el minuto 20 hasta el 0-1. Hacía tiempo que no les veía tan tranquilos. Sólo nos faltó ponerle un poco más de emoción en la definición o animarnos a equivocarnos. En el segundo tiempo los goles te hacen creer que has estado mejor, pero tras el 0-1 hemos estado bastante perdidos, nos faltaba poso con la pelota. Es como los jugadores de casino. Cuando pierdes te lo juegas todo y cuando ganas echas una monedita. El contrario ha espabilado con la entrada de Ismael, nos hemos vuelto a imponer con la ocasión de Mikel y el gol de Imanol, pero me ha dolido mucho encajar un gol. Bravo ha hecho un buen partido, era algo habitual y fastidia que llevemos semanas sin acabar a cero».
Añadía que «es complejo jugar con el Alicante y más si los resultados no ayudan, pero estos chavales siguen y es de chapeau. Por más que perdamos elementos por el camino, el equipo siempre compite representando bien al escudo y a esta camiseta».
El técnico del Alicante, Juan Carlos Granero, que comenzó la temporada y fue destituido y tras tres cambios ha vuelto al banquillo, destacaba que «tanto contra el Levante como ante la Real hasta el primer gol no habían tirado a portería. Ha llegado tres veces y ha metido dos goles y, a pesar de eso, hemos sido capaces de generar cinco o seis ocasiones claras. Es la enésima rueda de prensa en la que digo que el mejor del equipo contrario ha sido su portero».
J. ITURRIA
La Real se montó en el autobús al final del partido y emprendió viaje a Zubieta, donde se preveía su llegada a las 5.30 de la madrugada. Por ello, los realistas descansan hoy y mañana comenzarán a preparar a las cinco de la tarde el partido del sábado a las 18.30 contra el Albacete en Anoeta, que sólo será retransmitido por la televisión de Castilla La Mancha.