Agustín GOIKOETXEA

Hasta el 31 de mayo, el segundo piso de la Cofradía Vieja de Ondarroa acoge una exposición sobre el proyecto para construir 480 viviendas en la ma- risma de Aieri. La inversión prevista en esta operación urbanística, aprobada el 20 de abril por la Gestora en Bilbo, se aproxima a los 82 millones de euros.

Los bloques de viviendas estarán agrupados en la margen derecha de la ría y la configuración de los edificios dará lugar a la creación de dos plazas públicas. Las situadas al sur del vial central contarán con equipamiento comercial. Se construirá una rotonda de conexión viaria en la carretera y una pasarela entre Aieri y la margen izquierda del Artibai.

El desarrollo urbanístico en Aieri -con una extensión de 13 hectáreas- es, a juicio de la Gestora ondarrutarra, una «aspiración» de la villa costera vizcaina. Tal afirmación la basan en estudios del Ejecutivo de Lakua, en los que dicen «se constata que la mayoría de los vecinos y las vecinas de Ondarroa está a favor del proyecto de Aieri».

No es de la misma opinión la plataforma Alleri Zainddu! -integrada por Mutriku Natur Taldea, Eguzki y Ekozain-, que niega que la actuación vaya a servir para recuperar la marisma como defiende la Gestora. Acusan a los jeltzales de «mentir y manipular» al asegurar que el desarrollo urbanístico de ese espacio respetará los valores naturales y paisajísticos. «Desde el punto de vista ecológico y social, este proyecto no tiene ni pies ni cabeza», añade Fernando Salegi, de Eguzki.

Se censura no sólo el Plan Especial de Aieri, también la campaña de divulgación impulsada por la Gestora para socializarlo, que tildan de «carísima» y que ha contado, entre otros soportes, con el buzoneado de una publicidad por toda la localidad financiado con dinero público. La izquierda abertzale lo tacha de «panfleto» que no aclara las consecuencias del proyecto.

Tras acusarles de «llenar de cemento la marisma», niegan que el 81% de Aieri no se vaya a tocar. «Basta con ver el fotomontaje para constatar que es mentira», resaltaron. «La construcción de medio millar de pisos acarreará una contaminación ambiental que afectará de manera directa a los ritmos biológicos de la fauna y la flora de Aieri. Cuando todas las investigaciones recalcan la necesidad de respetar este tipo de espacios, en Ondarroa -subrayan los ecologistas- apuestan por llenarlo de cemento».

Alleri Zainddu! no se limita a censurar la repercusión negativa en el ecosistema de la marisma ondarrutarra. También incide en que la edificación de pisos no es la panacea para resolver el problema de la vivienda en la villa. Resaltan que en el actual casco urbano hay pisos vacíos y solares con los que se podría cubrir tal déficit. «Los terrenos del pueblo tienen que ocuparse de un modo intensivo, en vez de modo extensivo», argumentan desde la plataforma.

Herrittarron Udala, por su parte, estima que la vivienda es uno de los problemas primordiales de los vecinos de Ondarroa, aunque las actuaciones que se promueven no acaban con la especulación sobre un derecho básico. Citan que se impulsa la edificación en Aieri cuando después de «comerse» el monte para construir 40 pisos en la promoción de Antzosolo II, éstos no se venden por los precios «desorbitados», alejados de la realidad económica del pueblo.

Mencionan la promoción municipal en Kaminalde-Iturribarri de pisos de protección y tasados, que se sortearon y fueron vendidos a 120.000 euros mientras el resto fueron puestos en el mercado a 275.000 euros. A su juicio, la Gestora quiere repetir la operación en Aieri, que además consideran que supone impulsar una barriada que puede convertirse en «una isla o un ghetto» por su falta de conexión con el casco urbano.