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NBA Play offs

La épica y el orgullo llevan a Celtics y Rockets a igualar sus semifinales

Aunque la superioridad de Los Angeles parece clara en la Conferencia Oeste, Houston Rockets tiró de sus secundarios para humillar a unos desganados Lakers, mientras que en la batalla del Este entre Boston y Orlando, los Celtics recuperaron el factor cancha.

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Izkander FERNÁDEZ | BILBO

Cuestión de reflejos, de fe y de trabajo. En el banquillo de Los Angeles Lakers parece que no hay reflejos. En el de Houston Rockets sobra la fe. Sin reflejos es de esperar que el trabajo de calidad no llegue. Con fe, el trabajo es mucho más llevadero.

En el cuarto partido de la eliminatoria de semifinales de la Conferencia Oeste que disputan Lakers y Rockets, los tejanos se impusieron por 99-87. La fe movió montañas, una vez más. La moral de Houston se había visto terriblemente mermada horas antes del choque: Yao Ming, máximo valuarte de la franquicia, entraba en lista de lesionados para lo que queda de temporada por una pequeña fractura en uno de sus pies.

En un momento en el que el pescado parecía vendido -la baja del gigante chino se unía a la de Dikembe Mutombo, el otro pívot grande de los tejanos- los Lakers de Los Angeles salieron al parqué del Toyota Center con los bolsillos repletos de desidia y con un desganado bostezo dibujado en el rostro.

Los primeros compases del juego demostraron la «empanada mental» de los californianos: del 9-0 para Houston se pasó al 22-7 hasta acabar el primer cuarto en 29-16. Los «cohetes» dominaban tanto en ataque como en defensa y el acierto del tiro exterior de Shane Battier y Aaron Brooks disparaba la diferencias por encima de los diez puntos.

Sin `plan b'

Al descanso se llegó con 54-36 y con la esperada reacción de los Lakers en el subconsciente. Pero no, no hubo reflejos, no parece haber `plan b' en la mente de un desgastado Phil Jackson -el famoso juego de los «triángulos mágicos» ya se lo conocen los rivales- y sus jugadores salieron todavía más aletargados tras el descanso. 29-18 de parcial en el tercer cuarto, diferencias de casi 30 puntos y, encima, Lamar Odom lesionado.

A partir de ahí el encuentro fluyó desdibujado hasta el final. Los Rockets bajaron el pistón y dejaron hacer a los Lakers pero éstos no inquietaron a los de Rick Adelman. Las estrellas angelinas no brillaron en absoluto pese a que Pau Gasol maquilló sus números en los minutos de la basura hasta alcanzar los 30 puntos. Kobe Bryant se quedó en 15 sin haber recibido una gran defensa.

Por parte de los Rockets Luis Scola volvió a ser providencial con 11 puntos y 14 rebotes. El ex de Baskonia ha ganado enteros tras la lesión de Yao Ming y es una de las puntas de lanza de Adelman en la cancha. Además, el eléctrico base Brooks anotó 34 tantos y Battier añadió 23. a la cuenta de los tejanos.

Así las cosas, la eliminatoria renace al mejor de tres y Phil Jackson tendrá que trabajar duro para que sus pupilos logren mantener la concentración, o al menos espabilen.

El niño se hizo hombre

En lo que a la Conferencia Este se refiere, Glen Big baby Davis, ala-pívot de los Celtics, decidió el cuarto partido de las semifinales que enfrentan a Boston y a Orlando Magic. Un tiro en suspensión sobre la bocina desde seis metros significó el milagro para unos Celtics que veían su futuro muy negro ante un posible 3-1. Pero la canasta de Davis colocó el 95-94 final en el marcador así como el global de la eliminatoria en empate a dos.

La igualdad fue la nota predominante de la primera parte. Ambos equipos se alternaron el dominio en el marcador con diferencias que difícilmente superaban los cuatro puntos. Con un Paul Pierce en plan estrella, los vigentes campeones disfrutaron de unas ventajas más holgadas en el tercer período que terminó con los de Massachussets ocho arriba.

Pero en un inicio del último cuarto negado para los verdes -permanecieron más de seis minutos sin anotar un solo punto- Orlando Magic volvió a meterse en el partido llegando por delante a los momentos clave.

Boston -no podía ser menos- tiró de épica cuando peor pintaban las cosas. En la última jugada, con un punto abajo y 11 segundos por jugar, el balón fue para Pierce. El alero atrajo todas las miradas, Ray Allen y Rajon Rondo no lograron zafarse de sus pares defensivos. Fue el defensor de Davis quien tuvo que acudir en la ayuda del enésimo dribbling de Pierce. En una jugada de libro, éste -emulando a Larry Bird en la famosa victoria ante los Pistons- encontró el espacio libre, dobló la pelota para Davis y el «niño grande» se hizo hombre para finiquitar el encuentro. Partido y factor cancha para Boston y otra mini serie de tres partidos en el horizonte.

Espera

Con las series entre Lakers-Rockets y Celtics-Magic apuntando a los siete partidos, Cleveland Cavaliers y Denver Nuggets tendrán varios días de descanso antes de que comiencen las finales de Conferencia la semana que viene.

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