Maite SOROA | msoroa@gara.net
El estado de Aznar
Yo ya venía sospechándolo, pero la lectura de ayer en «El Plural» me ha despejado las últimas dudas. Gerardo Rivas Rico en este diario en la red hablaba de Aznar y de su precario equilibrio mental.
Según Rivas «las últimas declaraciones que viene realizando el que fuera presidente de gobierno sólo pueden ser atribuidas a alguien cuya visión de la realidad está totalmente distorsionada. Tomemos, por ejemplo, sus manifestaciones el mismo día que el candidato por el PSE, Patxi López, fue elegido lehendakari por el Parlamento Vasco. Según el señor Aznar el mérito de esta elección se debe `a la energía y al liderazgo de Mayor Oreja'». La verdad es que...
Y el columnista muestra su inquietud: «¿Cómo es posible que nadie de su entorno le haga ver la realidad? Aunque esta circunstancia, por sí misma, abona la tesis del deterioro mental del señor Aznar; es sabido que aquellas personas que padecen determinados trastornos psíquicos no son conscientes de su enfermedad, piensan firmemente que tienen razón por muy ilógico que sea su pensamiento y, cualquiera que se oponga a sus puntos de vista, pasan a ser considerados enemigos». Ya va tomando color la tesis que compartimos Rivas y servidora.
El hombre se ha documentado: «He acudido a una enciclopedia médica y he confirmado mis sospechas. Por lo que he podido informarme el señor Aznar tiene todas las papeletas de padecer paranoia. Véase, si no, como se describe, a grandes rasgos, esta anomalía psíquica: `Desorden mental, caracterizado por un trastorno de la personalidad, la pérdida de contacto con la realidad y la presencia de delirios persecutorios o de grandeza. Se presenta en individuos narcisistas, desconfiados y con baja autoestima. Son muy rencorosos, lo que provoca que se dispare en ellos el mecanismo de proyección en virtud del cual se trata de atribuir a los demás aquellos impulsos, frustraciones y tensiones que les resultan insoportables en ellos mismos'. A esta descripción sólo faltaría ponerle nombre y apellido. ¿No creen?». Y el columnista pone la guinda: «¿Quién no recuerda expresiones suyas como `el milagro soy yo', `el rey irá a Cuba cuando toque', `me encanta inspirarme en el silencio, como Leonardo da Vinci', `yo sólo confío en mí mismo' o la más reciente y más impactante de todas ellas por tratarse de una afirmación tajante sobre un problema que esta minando la economía mundial `conmigo la crisis no se habría producido'?». Suscribo lo escrito. Este tío está como un grillo.