SEGUNDA El Albacete acabó con diez injustamente
Un gol de fortuna da la victoria tras un partido muy pobre
Un pase de Necati sobre Abreu fue desviado por Mainz a su portería cuando Jonathan iniciaba su salida en el minuto 92. Los blanquiazules jugaron uno de sus peores encuentros de la temporada.
REAL SOCIEDAD 1
ALBACETE BALOMPIÉ 0
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Un golpe de fortuna premió uno de los peores partidos jugados por la Real esta temporada y le permite igualar la cifra de puntos que tenía el año pasado tras 37 jornadas, sesenta. Claro que entonces el ascenso estaba a cuatro puntos y ahora es una quimera porque sigue a nueve reales del Zaragoza, que como Hércules y Rayo resolvieron sus partidos con mucha solvencia.
Es muy bueno que la Real incluso mejore la cifra de puntos de la pasada temporada, pero la victoria volvió a ser lo único positivo de una tarde triste. La Real reiteró sus grandes problemas para sacar adelante sus partidos en Anoeta, que se acrecienta por la baja de los tres medios centros que más calidad tienen a la hora de jugar el balón.
La Real quiere jugar a un fútbol de toque sin los futbolistas adecuados y eso provoca que el 80% de la posesión de balón la tengan los seis jugadores más defensivos, que necesitan tocar varias veces el balón antes de dar un pase sencillo, muchas veces hacia atrás. Eso provoca que el juego sea muy lento y facilite la labor de la zaga rival. Abreu no participa en ese tipo de fútbol porque lo suyo es no moverse mucho y pelear por balones aéreos y buscar posiciones de remate. Cada vez que el balón llega a Moha en la derecha debe retroceder porque no tiene velocidad para marcharse de su par y su pierna mala es inútil. Marcos lleva unos partidos desaparecido en combate y sus compañeros tampoco lo buscan y Xabi Prieto muestra su gran calidad con cuentagotas. Así, el juego de ataque es pobre y la cifra de goles logrados en casa es una de las más bajas de la categoría.
Cosas difíciles de entender
En esta situación resultan difícil de entender varias cosas. La primera es por qué no se busca un juego más directo para sacar partido de Abreu, que gana la mayoría de los balones aéreos que se le mandan y puede provocar segundas jugadas y permitir a los medios centros defensivos recuperar el balón en posiciones más cercanas al área rival para que les sea más fácil buscar a Xabi Prieto y Marcos en las bandas. Pues la Real no buscó casi nunca el juego directo y Rivas y Markel tenían que asumir un papel de organizadores que no dominan con muchas dificultades para combinar con Xabi Prieto, al que Iker Begoña anuló cuando jugó en el centro.
Uno no entiende que cuando el donostiarra juega por el centro no actúe por la derecha Estrada, de la misma manera que a uno le duele el alma que Agirretxe se volviera a quedar sin jugar tras marcar su sexto gol en las migajas de minutos que recibe ante el clamor de la grada que pide a Necati. Luego cuando los jugadores de la cantera quieran ir a jugar en una categoría superior se les reprochará algo que harán todos los foráneos.
Y encima le otorgarán el gol que sólo se puede dar a Mainz en propia meta porque, obviamente, su balón no iba a portería, como casi ninguno que ha tocado en toda la temporada. No sólo él, sus compañeros apenas enviaron balones entre los tres palos en todo el partido.
La lectura positiva es que este equipo es competitivo y saca resultados hasta cuando peor juega. Aunque también hay que reconocer que el árbitro le benefició con una expulsión injusta en una jugada en la que Iker Begoña se tropieza y pierde el equilibrio con la mala suerte de caer muy mal. Eso permitió a la Real jugar con uno más los últimos quince minutos y no fue capaz de generar más ocasión que la que valió la victoria.
Tampoco hubo muchas más oportunidades antes de la expulsión. El primer tiempo resultó muy pobre y apenas se pudieron contabilizar un corner cerrado botado por Castillo y tres remates con las piernas malas de Marcos, Xabi Prieto y Markel, éste a puerta vacía tras un lío de Jonathan López con su defensa. El Albacete incluso inquietó menos, sin poder contabilizar una sola oportunidad.
Sí la tuvo nada más iniciado el segundo tiempo en un saque de esquina que Iker Begoña cabeceó y Rivas sacó el balón sobre la misma línea de gol. Luego Bravo, en una tarde apática, se equivocó en un pésimo despeje que permitió a Alberto disponer de una clara opción que desperdició con un balón suave a las manos del portero chileno cuando Diego Costa estaba solo por delante. En esa fase del segundo tiempo, el Albacete superó a la Real y Jaime tuvo una tercera opción que despejó bien Bravo.
Del equipo blanquiazul en el segundo tiempo apenas se puede contabilizar un remate con la derecha de Abreu que Jonathan López sacó con una buena mano. La Real fue incapaz de fabricar ocasiones hasta cuando se quedó con uno más porque seguía fiel a su juegue de toque y retoque hasta cuando Labaka se decidía a aprovechar la superioridad para situarse como segundo delantero centro, lo que en alguna ocasión provocó una contra peligrosa rival. El gol casi sólo lo podía marcar el rival y así llegó en el mismo momento en el que la Real perdió su gran partido de Albacete. Ayer la fortuna devolvió la moneda cuando menos se lo mereció.
A Juanma Lillo le preguntaron si piensa que con el nivel de juego de ayer la Real puede ganar los cinco partidos que quedan y le apuntaron la disconformidad de la grada con ese fútbol y dijo que el problema es no jugar «a mayor velocidad. Paciencia y lentitud se confunden y es frustrante para la gente, que además ve cómo caen los goles en otros campos. Y aquí se acumula la frustración de mucho tiempo. Es el momento de expresarlo, convivir, callar y entender».
Le recordaron que la Real no ha recortado desventaja con el ascenso pese a sumar diez de los últimos doce puntos puestos en juego y señaló que «no podemos dejar de hacer lo que debemos, no sea que lo que ahora son días de vino y rosas de continuado de otros se convierta en momentos malos. Los hemos tenido nosotros y puede que ellos los tengan. Si los tienen, debemos estar ahí. Si no los tienen, llegaremos a un nivel de puntaje con muy pocas cosas que reprocharnos. Hoy hemos tenido suerte en el gol por el momento y por la forma, pero no en la victoria. De pasar algo debía pasar en su área. Hemos sido el equipo que ha llegado más con superioridad, pero a veces metíamos el balón en zona de definición para volverlo a sacarlo».
El técnico del Albacete, Máximo Hernández, señalaba que «el equipo ha trabajado muy bien el partido. Sabíamos cómo trabaja la Real y tras un gran esfuerzo a veces se va la concentración y se une a la mala suerte y un partido que podíamos haber ganado y que estábamos seguros de empatar lo hemos perdido en una jugada de mala suerte». Señalaba que el partido se desequilibró al final «a consecuencia de la lesión de Iker y además le ha sacado la segunda tarjeta que no he visto por ningún lado. Estoy triste, pero con la satisfacción de hacer lo que pudimos».
La Real ganó el título de cadete de Honor al vencer al Real Unión por 5-3, con lo que a igualdad de puntos se impone por el average. El infantil txiki ganó 7-0 al Arrasate y el juvenil juega hoy a las doce la ida de los octavos de Copa en campo del Depor.