Cuatro mujeres logran por primera vez ser diputadas en Kuwait
«Es un momento histórico para las mujeres», proclamó ayer una de las cuatro mujeres en conseguir un escaño en los comicios parlamentarios anticipados. Es la primera vez que las mujeres, con derecho a voto desde 2005, ocuparán un asiento en el Parlamento. Por ello, afirmaron que las del sábado fueron las elecciones del «cambio». El país afronta una profunda crisis institucional y financiera pese a ser rico en reservas de petróleo y de pesca.
GARA |
Massuma al Mubarak, Aseel al Awadhi, Rola Dashti y Salwa al Jassar se han convertido en las primeras cuatro diputadas de la historia de Kuwait, que en 2005 reconoció el derecho de las mujeres a votar. Llevaban tres años intentando hacerse un hueco en el Parlamento, por ello calificaron de «histórico» el resultado obtenido en las elecciones anticipadas del sábado. «A nivel político creo que es un momento histórico para las mujeres de todo el mundo», declaró Dashti. Consideró que el éxito obtenido es en sí un motivo de celebración, más aún porque deben hacer frente a una sociedad dominada por los hombres.
Las cuatro estudiaron en Estados Unidos e hicieron doctorados en ciencias políticas, económicas y educación. Dashti resaltó que las cuatro representan un amplio abanico de las mujeres kuwaitíes.
«Las cuatro hemos estudiado pero cada una tiene su vida. Una está casada con un ciudadano no kuwaití, otra está divorciada, otra todavía está soltera y otra es de madre libanesa. Representamos diferentes estratos sociales», remarcó.
De los 385.000 potenciales votantes, el 54,3% eran mujeres. Entre todos debían elegir a 50 diputados en unas elecciones marcadas por la crisis política y económica. Se presentaron 210 candidatos, 16 de ellos mujeres.
Los del sábado fueron los terceros comicios parlamentarios en tres años. El 19 marzo, el emir Sheikh Sabah al Ahmad al Sabah disolvió el Parlamento por los constantes enfrentamientos entre el Gobierno y los diputados.
Los partidos de la oposición acusaron al Gobierno de Naser Mohamed al Sabah, sobrino del emir, de malgastar los fondos públicos y se plantearon interpelar a varios ministros por corrupción y mala gestión de los asuntos estatales, entre ellos la ahora diputada y ex ministra de Sanidad, al Mubarak.
El jefe del Gobierno presentó su renuncia el 16 de marzo, por lo que, de acuerdo a la Constitución, el emir convocó nuevas elecciones.
En noviembre de 2008, una crisis similar hizo ya tambalear el Ejecutivo, aunque, en vez de disolver el Parlamento, el emir encargó a su sobrino la formación de un nuevo gobierno. «Muchos factores han agravado la situación actual, pero las permanentes rivalidades políticas entre la familia real y el Parlamento están haciendo las cosas peor», indicó a la cadena qatarí Al Jazeera Adnal al Delaimi, experto financiero kuwaití.
«Es una pena ver cómo las desavenencias políticas han paralizado al país durante tantos años y cómo cuestiones marginales obstaculizan su desarrollo», subrayó a AFP Nua al Awadhi. Explicó que decidió votar por una mujer para imprimirle nuevos aires al Parlamento.
Kuwait, cuarto exportador mundial de petróleo, atraviesa una de las peores crisis económica de su historia, tanto por la caída de los precios internacionales del crudo como por los problemas a nivel mundial.
Los islamistas suníes, la Agrupación Islámica Salafí y el Movimiento Islámico Constitucional sufrieron un fuerte revés al conseguir 11 diputados frente a los 21 que tenían en la Cámara disuelta en marzo. Los chiíes, sin embargo, han visto aumentada su representación.
Pese a ser el primer estado árabe del Golfo Pérsico en convertirse en una monarquía constitucional, la familia real al Sabah, en el poder desde hace 250 años, sigue teniendo un control casi absoluto. El reclamo del Parlamento para tener más competencias y se reconozca a los partidos políticos ha derivado en continuas disputas con el Gobierno.
Como otros países del Golfo, Kuwait, que tiene el 8% de las reservas petroleras mundiales, ha buscado nuevos mercados, en su caso en Camboya, para garantizar la seguridad alimentaria en un país donde la agricultura es inexistente.