Primer título europeo del balonmano femenino vasco
Itxako alcanza el doblete y la gloria continental llevándose la Copa EHF
En apenas cuatro días, el balonmano femenino vasco, representado por el Itxako lizartarra, ha dado un salto exponencial de proporciones mayúsculas con incidencia ya no sólo a nivel estatal sino también en el ámbito continental.
LEIPZIG 26
ITXAKO 25
Iñaki UHARTE | IRUÑEA
Los frutos al trabajo bien hecho han acabado por llegar. De manera casi atropellada -con un escaso margen de varios días-, las vitrinas del Itxako Navarra tendrán que hacer un merecido hueco a los trofeos liguero y de la Copa EHF. Las lizartarras se sirvieron del trampolín del campeonato regular para imponer su mayor calidad en feudo teutón y hacerse con su primer título continental.
Bien es cierto que llevaban un zurrón repleto de goles -ocho dianas de diferencia-, pero eso no es sinónimo de éxito en un deporte como el balonmano donde el factor cancha provoca remontadas espectaculares. Hasta ayer, el Leipzig se había aprovechado de esa circunstancia, gracias al apoyo de sus 6.000 incondicionales, para ir superando una tras otra las diferentes eliminatorias europeas.
Sin embargo, las amarillas -de rojo en el pabellón germano- tomaron buena nota de la lección que les dejó la decepción de la pasada campaña cuando cayeron en Lizarreria ante el Volvogrado en un partido que se había preparado con aires de fiesta y acabó en desilusión.
No querían volver a repetir experiencia y eso se notó desde el primer instante en el que el balón comenzó a circular en el Leipzig Arena. Con un aplomo digno de mención, las de Ambros Martín no sólo comenzaron a gestionar el partido de la manera que más les convenía, sino que incluso se permitieron el lujo de ignorar la presión ambiental de un público correctísimo y deportivo, que supo reconocer la superioridad de las amarillas a la finalización del choque.
Bastó una primera parte primorosa para dejar claras las cosas sobre quién mandaba en esta eliminatoria y, a la postre, se iba a proclamar campeón. Sólo en una ocasión el Leipzig consiguió ponerse por delante en el marcador durante la primera media hora (3-2, minuto 8) gracias al misil de una Susann Müller anulada por la gran defensa visitante.
Injusta expulsión
Ni siquiera la desmedida expulsión de Mihai a manos de una quisquillosa dupla arbitral -imposible contabilizar las innumerables faltas en ataque que pitaron- consiguió resquebrajar el ánimo de las de Ambros Martín. El técnico canario tuvo que tirar de chistera para reemplazar a una jugadora tan importante en labores ofensivas y Sissel lo hizo a las mil maravillas. Fue la demostración de que todo el plantel estaba enchufadísimo para el trascendental envite.
Los lanzamientos de Nely Carla y los buenos movimientos de Begoña Fernández en el pivote comenzaron a hacer tambalear la anunciada consistencia casera teutona. Ni siquiera las primeras intervenciones de Katja Schülke, relevada tras el descanso, ni el ritmo trepidante que trató de imponer el Leipzig sacando con toda la rapidez del mundo del centro del campo rompían la solidez lizartarra.
Las navarras circulaban con acierto en ataque y defendían con uñas y dientes a las torres germanas. Semejante trabajo sólo podía traer premio. En apenas tres minutos -entre el 16 y el 19-, Itxako le endosó al Leipzig un parcial de 0-4 (8-12) y no le permitió anotar durante otros nueve minutos. La brecha se mantuvo hasta la marcha a vestuarios y fue determinante en la consecución del título.
Arreón germano
El exceso de confianza de las de Ambros Martín y el lanzamiento a tumba abierta que protagonizaron las locales, con todo perdido, en los inicios del segundo periodo propiciaron una voltereta que tuvo su momento más peligroso cuando las locales se pusieron con un amenazante 24-20 a falta de nueve minutos para el final y con opción de ataque.
Pero el balón apenas duró décimas de segundo en las manos germanas. Un grave error en la recepción fue aprovechado por Naiara Egozkue, quien no había iniciado el repliegue defensivo, para evitar que las alemanas tuvieran la oportunidad de marcharse de cinco. Una posterior parada de Silvia Navarro y un penalti transformado por Carla abortaron el amago de reacción teutón.
Dos goles consecutivos de Nerea Pena ajustaron el marcador a unos guarismos más acordes con lo visto sobre el parquet del Leipzig Arena ante unas anfitrionas que acabaron por entregar la cuchara ante el mayor poderío y saber estar de la escua- dra vasca. A esas alturas, los cohetes ya comenzaban a resonar en el diáfano cielo de la Ciudad del Ega, orgullosa de su equipo más internacional.
La expedición amarilla llegará a Lizarra a eso de las 20.00 después de emprender viaje desde Leipzig a las 11.00. Las categorías inferiores de la escuadra navarra van a organizar un primer recibimiento que se celebrará en Lizarreria a las 20.30.
Plantilla y directiva serán recibidos por el presidente del Gobierno de Nafarroa, Miguel Sanz, mañana a las 18.00. Por otro lado, tal y como estaba previsto, la fiesta oficial organizada por el club será el sábado, antes y después del último encuentro liguero.
El ferviente público alemán reconoció de manera deportiva la superioridad de las lizartarras, solicitándoles autógrafos y fotografías a la conclusión del choque. Ambos equipos cenaron juntos con posterioridad en el propio pabellón.
Satisfecho por haber hecho historia al frente de Itxako, pero con su habitual talante sosegado, Ambros Martín explicó a GARA que las claves para materializar sendos éxitos consecutivos han estado en la «mentalidad y experiencia, porque ambas nos han servido de mucho para conseguirlos».
«Cuando apenas hay tiempo para entrenar por la acumulación de partidos y aparecen las lesiones fruto del desgaste, el equipo ha tirado de mentalidad para sobreponerse a los contratiempos y sacar adelante los compromisos», describió.
A ello hay que unir las vivencias de la temporada pasada, en la que la escuadra navarra se quedó a las puertas de Liga y EHF. «Estoy completamente convencido de que han influido muchísimo. Fue una estimulación para hacernos más grandes, el año pasado se colocaron unos cimientos muy firmes para conseguir los objetivos de esta temporada», añadió.
En cuanto al partido en sí disputado en el Leipzig Arena, el técnico canario reconoció que mentalizó a las suyas con ejemplos de remontadas sufridas en carne propia, como la del Montpellier a Portland en la final de Champions. «Traté de evitar que la gente se llevara a engaño tras ganar un título y viajar con una diferencia de ocho goles», justificó.
Además, admitió que hubo un momento del partido «que no queríamos que sucediera, con ellas cuatro goles arriba y su público entregado, pero el equipo entonces ha vuelto a tirar de experiencia».
El medio centenar de aficionados que se desplazaron a Leipzig guardaron un recuerdo imborrable del hito histórico de su equipo. Los servicios de seguridad permitieron que se pudieran fotografiar con la plantilla y el trofeo.