Por lo visto a Sarkozy le incomodan los argelinos -parece ser la única nacionalidad que aborrece la marsellesa- que pitan ante el himno nacional francés en los partidos de fútbol cuya necesidad mayor es escuchar Allons enfants... El pasado miércoles, en Mestalla, cerca de Picassent, también sonaron chiflos al Viva España alzad los brazos hijos del pueblo español...(¿quién dijo que no había triunfal letra?) con presencia real y monárquica. Parece ingenuo pensar que una prefinal entre el Barca y el Athletic no tuviera una respuesta semejante. ¡Vamos!. De ahora en adelante será el propio ZP quién salga al campo con un silbo si eso vuelve a ocurrir. Lo que implicaría otra final entre periféricos nacionalistas como Etó, Messi, Alves, Touré, Keita, Gudjohnsen (a los que seguramente les pone tanto el himno como Nuriaber a Güiza) y otros más metaperiféricos como Koikili, Gurpegi, Amorebieta, Toquero, Llorente etcétera.

Eso en lo que se refiere a lo más visto y lo más oído en televisión, evidentemente.

Lo menos escuchado y advertido en televisión, sin embargo, son las otras noticias del Teleberri. Esta final ha coincidido con el principio gubernamental de los socialistas en el periplo histórico iniciático bajo el árbol sabiniano guerniqués (Permítanme Las Minúsculas Iniciales De Las Últimas Palabras Anteriores Al Paréntesis Por Respeto Al Protocolo Socialista).

Nadie quiere que le relacionen fotofinish ad finitum con unos símbolos, unos ídolos y unos ritos que nada van con la ideología del corpus del producto a la venta, ni del grupo al que representan. ¡Qué difícil es eso señores muy míos!. Sin ir más lejos yo acabo de declararme a un hombre. Al de Hacienda concretamente. Menos mal que me ha dicho que me van a vomitar -o devolver- algún dinero antes de junio.

Cuando me ha preguntado si tengo algún problema para que sea la iglesia minúscula quién se beneficie de mis impuestos obligatorios me he reído. Quiero una nueva capa de armiño para Benedicto. «Vaya alla que le ha metido a ésta que lleva...».