La coalición PNV-PSE
I. IRIONDO
Uno de los principios más elementales de gestión interna de cualquier ejecutivo de coalición es que ninguno de los socios -ni siquiera el mayor- puede ir por ahí haciendo pactos con la oposición sobre cuestiones del programa de gobierno. Por lo tanto, lo desvelado ayer por el EBB quizá sea un exponente de que -como decía Arzalluz- «la palabra de los socialistas tiene menos caducidad que un yogur», pero al mismo tiempo desnuda una inmensa deslealtad del PNV hacia sus socios de gobierno, EA y EB. Por lo ocurrido con los presupuestos y hasta con proyectos de ley que no eran de departamentos jeltzales, cada vez está más claro que la coalición de hecho de la pasada legislatura fue PNV-PSE. Y las evidencias demuestran, además, que dicha coalición no se limitó al Parlamento. Ahí está la fecha del pacto secreto sobre EITB: 26 de abril de 2006. Al inicio de la «esperanzadora nueva situación política que vive el país» como se recoge en su punto 9, el que habla de que «las víctimas del terrorismo» son «memoria y defensa de unos valores de democracia y paz». Así llegó el PNV también a Loiola. Con esas premisas y esos pactos secretos.