Crónica | Ambulancias Bizkaia UTE
Una huelga de hambre de 14 días le devolvió su empleo
Egoitz montejo, ex delegado de LAB y despedido de ambulancias bizkaia UTE por participar en una huelga del sector en febrero, ha recuperado su puesto después de catorce días de huelga de hambre junto a su compañero Carlos Díaz. La lección obtenida es clara, como indica Alberto Kurto, responsable sectorial de LAB: «hay que pelear hasta el final».
Juanjo BASTERRA
No es normal en estos tiempos que corren contra las condiciones sociolaborales de los trabajadores que un empresario dé marcha atrás y readmita a un trabajador despedido. El secreto, sin duda, está «en la movilización y la oposición firme ante decisiones y actitudes empresariales injustas y despóticas», afirma LAB. Lo cierto es que Montejo ha perdido seis kilogramos durante los catorce días que ha durado la huelga de hambre, mientras que el delegado sindical de LAB, Carlos Díaz, ha perdido nueve. Son kilogramos de solidaridad, de esfuerzo y de lucha por mantener el puesto de trabajo. Al final, han conseguido el objetivo de que sea readmitido. Desde comienzos de este mes, un grupo de trabajadores de LAB y ELA se encerró en el hospital de Cruces para protestar por la decisión de Ambulancias Bizkaia.
Tras unos días, Egoitz Montejo decidió dar un paso más para hacer frente a «la decisión injusta de la empresa» e inició una huelga de hambre acompañado por su delegado sindical de LAB, Carlos Díaz. «Al final -explicó ayer a GARA- el recurso a una protesta drástica ha dado resultado. Es grave que para defender tus derechos laborales, como es el poder hacer una huelga en febrero en la que reclamamos un convenio único para el sector de ambulancias de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, tengas que poner en riesgo tu salud». En este momento se encuentra de baja «porque necesito coger el peso que he perdido en el ayuno».
Montejo no se olvida del apoyo que le han brindado sus compañeros, «a pesar de la presión y coacción que han sufrido desde la dirección de Ambulancias Bizkaia UTE», a la vez que envía un mensaje de agradecimiento al personal médico y sanitario del hospital de Cruces, «que nos han atendido muy bien durante esos largos días de huelga de hambre». Ni se olvida de sus familiares y amigos que le han hecho sobrellevar las 336 horas sin probar los alimentos. «La verdad que es muy duro. Se te hacen los días muy largos. Es cuando compruebas la solidaridad de tus compañeros, de tus amigos y familiares», explica este ex delegado sindical.
Riesgo para la vida
Alberto Kurto, responsable de LAB en este sector, explica que «es lamentable que dos personas hayan tenido que poner en riesgo su salud después del despido de Egoitz Montejo por ejercer el derecho a la huelga».
El responsable sindical manifestó que la central sindical apoyará a los trabajadores y, en este caso, iniciaron una acción de protesta en el hospital de Cruces con el reparto de propaganda y recogida de firmas «en contra de esas actuaciones empre- sariales, que no son más que una represalia contra los trabajadores que participan en defensa de sus derechos».
Kurto, sin embargo, explicó que espera que esta marcha atrás sirva para «recuperar el clima de normalización dentro de la empresa, no como sucede en este momento que se despide a los trabajadores a golpe de talonario».
Dejó claro que este paso dado se ha logrado mediante la lucha y admitió que ese será el camino en caso de «que las relaciones laborales no den un giro real dentro de Ambulancias Bizkaia».
El trabajo y la lucha que se ha desarrollado para defender el puesto de trabajo de Egoitz Montejo ha dado resultados positivos. Es una vía para trabajar la solidaridad y la protesta contra la intransigencia de los empresarios, como recuerda LAB, pero también debe servir de ejemplo para otros trabajadores para que sepan que «si se pelea hasta el final, se puede lograr los objetivos previstos. Si no se pelea, estás en manos del empresario y, como ocurre siempre, tienes las de perder en todos los casos», afirma Egoitz Montejo a modo de conclusión.