Alvarez-Solís no se conforma con distinguir etnicismo y racismo, ni con reivindicar «el contenido vital positivo» del primero frente al «contenido negativo» del segundo. Contra el racismo metropolitano, de origen anglosajón pero que en el Estado español se desarrolla además «sin la cultura y la inteligencia británicas», el periodista argumenta de manera brillante y apasionada en favor de un internacionalismo que tenga en cuenta a las naciones reales, de entre las cuales no duda en afirmar que Euskal Herria «una nación étnicamente indiscutible y viva».

Quienes pretenden aprovechar la crisis para refundar el capitalismo y empeorar las condiciones de vida de la mayor parte de la sociedad han podido tomar nota de que en Euskal Herria tienen en frente a un movimiento obrero fuerte, combativo

Zeinek ordainduko du hamar urteotan egindako kalteengatik, gure eskubideen zapalkuntzagatik? Eta gure familiei, lagunei eta ingurukoei eragindako kezka eta sufrimenduagatik?

¿Hay algo especial en nosotras? No somos mejores ni más pacíficas que los hombres, pero es indudable que tenemos un importante protagonismo en la causa de la paz, quizás por el hecho de tener un mayor contacto con el cuidado y mantenimiento de la especie humana, crucial para la sostenibilidad de la vida