Será buena señal que a partir de esta noche la hinchada rojilla se vaya a la cama con calculadora en mano y confrontando cábalas con la almohada. Eso significará que Osasuna ha obtenido un buen resultado en el Camp Nou y que conservará sus opciones de mantenerse en Primera División hasta el último encuentro liguero que se disputará contra el Real Madrid.

Los rojillos se juegan el ser o no ser en un estadio azulgrana que acogerá las celebraciones del doblete y cuya afición está expectante ante la final de Champions que se disputará este miércoles en Roma. Lo importante es que los navarros también se sumen a esa fiesta a la conclusión del choque sabiendo que dependen de sí mismos en la última jornada.

Y para ello, no les queda otro remedio que ir a por su segunda victoria foránea de la temporada, ignorando el clima en el que se va a desarrollar el choque y conscientes de que aunque el Barcelona juegue con sus teóricos suplentes -el reglamento impone que deba haber sobre el césped por lo menos siete jugadores de la primera plantilla- y chavales procedentes de la cantera, dispone de suficientes argumentos como para superar a los de Camacho.

No olvidemos que los rojillos sólo han anotado un gol en los últimos cuatro encuentros -llegó, además, de un saque de banda-, si bien un dato favorable para la esperanza fue ver cómo variaron de actitud ante el Sevilla, pese a que finalmente no pudieron hacerse con el triunfo.

Es precisamente en actitud donde Osasuna debe dejar claras las cosas desde el momento en que Rubinos Pérez dé el pitido inicial. La escuadra encarnada debe ser consciente de que una derrota puede descenderles hoy mismo si se da la circunstancia de que el Sporting gana en el Nuevo Zorrilla y el Getafe hace lo propio con el Recreativo. En cambio, una victoria en tierras catalanas, y en función de lo que suceda en otros campos, no certificaría matemáticamente la permanencia, pero sí despejaría muchas dudas al respecto y traería consigo que ese objetivo estuviera prácticamente al alcance.

Otro aspecto importante es que el técnico murciano va a poder contar con todos sus hombres importantes, una vez recuperado Natxo Monreal, que ocupará el lateral izquierdo. Por su parte, Miguel Flaño relevará al sancionado Sergio y Masoud, superados sus problemas de entre semana por una gastroenteritis, será la punta de lanza rojilla en un escaparate en el que el iraní debe poner todo de su parte para lucirse y ser provechoso para el equipo.

De este modo, Camacho alineará a Ricardo en la portería, mientras la línea defensiva estará conformada por Azpilicueta, Cruchaga, Miguel Flaño y Monreal. En el doble pivote actuarán Nekounam y Puñal, haciendo lo propio por los carriles Juanfran y Plasil. Pandiani ocupará la media punta en labores de apoyo atacante a Masoud. En la lista entraron, asimismo, Roberto, Javier Flaño, Josetxo, Echaide, Hidalgo, Font, Portillo y Sola. El míster rojillo deberá descartar a uno de ellos para el banquillo.

Partido atípico

No cabe duda de que el choque va a ser ciertamente atípico. El conjunto local no se juega nada, todo lo contrario que dentro de cuatro días cuando pueden conseguir un triplete histórico si consiguen superar al actual campeón continental, el Manchester United. Sin embargo, el técnico culé, Pep Guardiola, ya advirtió ayer que su equipo saldrá a ganar para evitar cualquier suspicacia por parte del resto de escuadras que se encuentran inmersas en la lucha por evitar el descenso.

Es más, los no habituales -caso de Bojan, Gudjohnsen o Hleb- pelearán por hacerse un hueco en el banquillo para vivir en directo la posible celebración europea y los canteranos tratarán de no desaprovechar la ocasión para demostrar sus virtudes a Guardiola de cara a que cuente con ellos para la próxima temporada.