CRÓNICA Umore azoka
De las emociones sensoriales a la sensibilidad social en Leioa
Las compañías vascas van ofreciendo sus estrenos en la décima edición de la Umore Azoka que se está celebrando estos días en Leioa. Ados Teatroa utilizó una carpa hinchable para presentar ayer el trabajo «Emotikon» del que tuvimos el honor de presenciar su primer pase público, con lo que nuestra opinión debe atemperarse con todos eximentes del estreno absoluto.
Carlos GIL Crítico teatral
Unas pistas. Prevalece el oído sobre otros sentidos. La vista queda alterada por la propia instalación. El tacto se utiliza a veces de manera involuntaria. El olfato acompaña en las pequeñas aglomeraciones. Un recorrido guiado para grupos de quince personas. Una experiencia.
Después de una década apartados del quehacer teatral, vuelve Teatro Salitre con «On egin, mon amour» y de paso se rescata a Josu Bilbao para el teatro, con un trabajo unipersonal, con momentos de magia aplicada, teniendo como referentes básicos las arias de ópera y los asuntos culinarios, algo muy propio, y que en su primer pase logró atraer la atención de los públicos, consiguió la participación sin forzar y demostró mantenerse en forma. Evolucionará.
En la lona estrenaron «Momento Ridiccoli» en la que las dos actrices ofrecen la otra cara del espectáculo, la de las personas imprescindibles para que después podamos ver el esplendor de los artistas.
Un trabajo con toques metateatrales, al que notamos le falta bastante para lograr el punto de exhibición requerido.
El grupo Trapu Zaharra acostumbra a ofrecernos unos estrenos caóticos, en donde el contacto con los públicos les sirve para ir ajustando su propuesta. No iba a ser menos con «Vaya ganga», donde para confirmar que hasta los más experimentados pueden equivocarse, colocaron su parte frontal en un lugar donde no existía ni buena visibilidad, ni buena acústica, con lo que nos perdimos buena parte de sus intenciones y que una vez más demuestran que se acercan de manera sarcástica a la más rabiosa actualidad, en esta ocasión a los problemas del paro, la crisis, y todo lo que ello conlleva.
No pierden el pulso en sus cualidades, pero esperaremos a unas cuantas funciones para ver el espectáculo en su formato definitivo.
Más sangrante, realista, paradójico, duro y extraño es "El show de la Patera Rosa" que presentó «La Pez».
Un trabajo que debe valorarse más por su denuncia que por su capacidad para colocar el espejo a la sociedad donde se produce, que abre las carnes al realizar su obra con jóvenes magrebíes y subsaharianos que no son actores pero que son capaces de dar vida a personajes que cuentan parte de sus propias vivencias o dramatizan situaciones que les son bastante conocidas en cuanto a la discriminación que sufren.
No es un trabajo acabado, es un grito, un puñetazo a las adormecidas conciencias. Impresionante la complicidad de los espectadores.
Cabaret político
El grupo Teatro Meridional presentó su primera incursión en calle, «Camping», que demostró ser un espectáculo de interior por estructura, forma, diálogo y recursos.
Texto, escenografía, iluminación e interpretación adecuadas, pero en una plaza, que se diluía, no conseguía inmiscuirse en las claves de la calle.
Alba Sarraute es un actriz catalana, mitad clown, mitad cantante, una artista completa, que acompañada de dos músicas y sus saxofones, disfrazada de una manera estrafalaria, mitad militar, mitad payasa, que va conectando con todos los espectadores y les va contando historias realmente conmovedoras, desgarradoras en ocasiones, tejiendo un espectáculo de cabaret político en la acepción más bella del término, es decir la que pone un punto de vista sobre las situaciones reconocibles.
Esta mujer es el descubrimiento de la temporada, arrasa por las ferias y festivales por donde pasa y merece la pena disfrutarla.
La fiesta umorística continúa, si el tiempo, al menos, no lo impide.
Como no impidió que Ane Miren, la gran contorsionista vasca retirada por una lesión, recibiera el Premio de Honor de la Umore Azoka de esta edición 2009.