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Raimundo Fitero

No me llames friki

Cuando veo en las imágenes televisivas al señor Carlos Fabra, el disminuido, diciendo que la imputación que le hace un tribunal es porque estamos en campaña electoral, no dejo de sentir una descarga de empatía con este señor de formas fascistoides y comportamientos mafiosos que lleva gobernando desde siempre en Castellón por herencia y haciendo de su cuenta corriente un saco de fondos públicos. No lo puedo remediar. Revisaré mis sistemas de alarmas.

Solamente hay otros dos lugares de actividad política comparables con los ejercicios del poder representativo, legislativo, ejecutivo o judicial. El mundo del fútbol y los programas televisivos del corazón o de otras vísceras en barbecho o en almoneda. En el mundo del fútbol se dan paradojas como que a Pep Guardiola, ese icono blaugrana que tanta admiración despierta entre las mujeres de casi todas las edades, que rechaza recibir el premio Príncipe de Asturias del Deporte, y lo hace con respeto y con argumentaciones tan lógicas que no parecen salir de una cabeza que ha estado dándole cabezazos a un balón. Es inverosímil que alguien tenga tanta lucidez, saber estar y señorío. Quizás por ello ha catalizado una gran temporada de esa asociación que dicen es más que un club de fútbol.

Pero en el otro polo, en el equipo de la capital del reino, están en proceso de descomposición y elecciones tras años de descrédito y espectáculo extra-deportivo, y el que fue considerado un «ser superior», el gran traficante Florentino Pérez, el especulador, llega con ínfulas de salvador, de enviado por la providencia. Llega con objetivos claros, vender los terrenos del Bernabéu para acumular unos cuantos millones más de euros, pero mientras tanto ha levantado el ánimo de los merengues y, sobre todo, el de la prensa a sueldo. Pero había aparecido otro candidato y se presentó en público en el acto más surrealista que se conoce. Por esa presentación merecería un premio, pero luego va y se enfada al grito de «no me llames friki». ¿Cómo quieres que te llamemos filósofo, poeta, juglar, cantamañanas? Insisto: hay una fábrica secreta de presidentes de clubes de fútbol y de concejales de cultura.

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