En coche oficial no se ve la cruda realidad
La mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU, valoró ayer como «tremendamente positiva» la huelga general desarrollada el pasado jueves y trasladó a la sociedad un mensaje claro: «La clase trabajadora vasca responderá a las agresiones». Esta frase supone una nítida declaración de intenciones respecto a la unidad de acción sindical en el futuro inmediato, que tratará de responder con contundencia a otra unidad, la que han conformado la patronal y las administraciones públicas para erosionar los derechos de los trabajadores. En ese camino no tiene sentido, tal y como manifestó Aihnoa Etxaide, secretaria general de LAB, la participación de la mayoría sindical en la mesa de diálogo social que Patxi López trata de diseñar a la medida de las élites económicas, cargando todo el coste de la crisis sobre los trabajadores y cometiendo un fraude sin precedentes a la sociedad vasca.
Txiki Muñoz, secretario general de ELA, dibujó con precisión el papel que el nuevo lehendakari está jugando en la tensa dialéctica entre patronal y trabajadores con la crisis como telón de fondo: «Cuando se viaja en coche oficial, se corre el riesgo de perder la perspectiva. Va a tanta velocidad que es incapaz de ver que hay más de 55.000 personas paradas, al borde la pobreza». Cabría añadir un pregunta: ¿se digna López, siquiera, a mirar por su ventanilla tintada?