El Ayuntamiento de Arbizu denunció ayer públicamente las presiones y amenazas que viene padeciendo por parte de la Guardia Civil en los últimos meses, y, en ese sentido, el Pleno ha aprobado recientemente una moción en la que muestra su rechazo a este tipo de acciones.

Según explicó el alcalde, Iosu Miren Mendinueta, en rueda de prensa, si bien el acoso por parte del instituto armado ha sido constante desde hace varios años, estas prácticas «se han intensificado» en los últimos meses, y más en concreto a raíz de la celebración de las consultas populares sobre el TAV en Arbizu y Lizarragabengoa.

De ese modo, el primer edil detalló que el incidente de mayor envergadura tuvo lugar precisamente una semana antes del referéndum, cuando desde la Comandancia de la Guardia Civil de Altsasua se le telefoneó para exigirle que retirase tres pancartas colocadas en el pueblo contrarias al TAV, así como una pintada con el anagrama de ETA. La orden era clara; de no hacerlo, remitirían las diligencias al Juzgado de Guardia de la Audiencia Nacional española. El alcalde les explicó la imposibilidad de realizar ese encargo, ya que hasta el lunes -aquel día era sábado- no habría nadie en el Ayuntamiento.

Finalmente, los agentes del instituto militar procedieron a retirar y requisar una de las pancartas, mientras que las otras dos las llevaron las rachas de viento, según explicaron desde el Consistorio. El lunes, la Guardia Civil remitió un escrito al Ayuntamiento en el que le instaba a la inmediata retirada de las pancartas y la pintada, con el fin de evitar «la prolongación del ilícito penal». Aseguraron que habían puesto el asunto en conocimiento de Madrid.

La Ley de Partidos

El edil independentista Fran Balda afirmó que lo que está «realmente» detrás de este tipo de acciones es «la amenaza de disolver el Ayuntamiento utilizando la Ley de Partidos», algo que «no vamos a consentir».

De hecho, en el texto aprobado se asegura que las presiones y amenazas «no nos impedirán seguir trabajando en base a nuestros criterios políticos». Asimismo, advierten a la Guardia Civil de que «no son bienvenidos» en la localidad.