Balance muy positivo de la huelga general de 21-M
«La clase trabajadora vasca responderá a las agresiones»
La mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, calificó de «tremendamente positiva» la huelga general del pasad0 21 de mayo y llamó a continuar con las movilizaciones para frenar la unidad que han conformado las administraciones públicas y los empresarios en contra de los derechos de los trabajadores. ELA y LAB criticaron al lehendakari, Patxi López, por situarse ante la crisis a favor de la élite económica.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Adolfo Muñoz (ELA), Ainhoa Etxaide (LAB), Josu Balmaseda (ESK), Arantza Fernández de Garaialde (STEE-EILAS), Estitxu Ugarte (Hiru) y Ainhoa Iturbe (EHNE) calificaron el seguimiento de la huelga general de «tremendamente positivo», a pesar de «la manipulación, el engaño y las mentiras que hemos tenido que sufrir de los servidores de la élite económica». Se reafirmaron en los datos de una importante incidencia de la huelga general en Hego Euskal Herria y de una participación elevada en las manifestaciones de trabajadores, «que no se habían visto desde hace más de veinte años».
Culparon al Gobierno de Lakua por imponer unos servicios mínimos «abusivos» y en actividades que «no lo requerían». Denunciaron que «no se garantizó el derecho de huelga. Si no, que se lo digan a los trabajadores que no pudieron hacer paro por miedo. Porque eso es lo que ocurre en muchos centros de trabajo, donde se ha instaurado un modelo de mercado laboral que deja al trabajador indefenso y en manos de la presión de los empresarios», precisó Adolfo Muñoz, Txiki, secretario general de ELA.
Alianza y blindaje
La mayoría sindical vasca recordó que de este pulso frente a la Administración pública y la élite económica, que han conformado una «alianza y un blindaje» para hacer pagar la crisis a los trabajadores, «salimos convencidos y fortalecidos, con las ideas claras, desde la convicción de que hemos abierto un nuevo capítulo en la trayectoria del sindicalismo en Euskal Herria», como dijo Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB. Porque, a partir de este momento, «la mayoría sindical vasca liderará una respuesta masiva y eficaz para abrir un nuevo camino».
Lamentó, igual que lo hizo Muñoz, las declaraciones del lehendakari, Patxi López, «que se atrevió a decir que la crisis económica no ha deteriorado los derechos sociales y laborales de los trabajadores». A este respecto, la dirigente de LAB destacó, ante la reunión que mantendrá la próxima semana con el má-ximo responsable del nuevo Ejecutivo de Gasteiz, que «no entendemos sobre qué quiere hablar y, por el contrario, sí entendemos que ha cerrado totalmente las puertas a la posibilidad de articular un diálogo social eficaz para responder a las demandas de miles de trabajadores. Desde esas decisiones objetivas y reales se nos está planteando un diálogo social que es un fraude contra la clase trabajadora en el que no estamos dispuestos a participar».
Respuesta a las demandas
Interpelada por los periodistas, Etxaide explicó que acudirán a la reunión con el lehendakari Patxi López, «al que le pediremos una respuesta directa a las demandas sociales que la gran mayoría de los trabajadores pidieron en las calles de Hego Euskal Herria» y enfatizó, ante la insistencia de los periodistas sobre la mesa de diálogo, que «no vamos a participar en un fraude y la posición de Patxi López ha sido determinante en las decisiones ante la huelga».
En ese sentido, el líder de ELA también reconoció que Patxi López se ha decantado en favor de la élite económica. «El lehendakari ha definido muy bien la crisis que estamos padeciendo y nos ha dicho que no se ha lesionado ningún derecho a los trabajadores. Cuando se viaja en coche oficial a tanta velocidad -añadió Muñoz- se tiene el riesgo de perder la medida de los derechos reales. Van a tanta velocidad que no ven los efectos más negativos, por citar uno, que hay más de 55.000 personas desempleadas con un sistema pobre de protección social, que es insuficiente, y que evidentemente provocará más pobreza. Tampoco ve que la competencia en materia laboral está en Madrid. Asegurar que no habrá reforma laboral es jugarte muchos derechos porque ya sabemos que el tahúr de José Luis Rodríguez Zapatero, por no perder una votación en el Congreso español, es capaz de cualquier cosa. No vamos a dejar nuestra suerte en sus manos».
Ante eso, Txiki Muñoz añadió que «el sindicalismo reivindicativo, que representamos las fuerzas que hemos convocado la huelga general, no se va a resignar a que nuestra gente sufra la crisis sin hacer nada. No puede ser que quienes han adoptado las decisiones que nos han llevado a esta crisis económica de gran magnitud sean los mismos que tratan de poner remedio a la misma a nuestra cuenta, a cuenta de los trabajadores».
A su juicio, «evidentemente la huelga general ni ha cambiado las políticas ni ha eliminado los chantajes empresariales, pero marca unos derroteros que dan oxígeno a las luchas que debemos seguir adelante. Socializar las propuestas del movimiento sindical y, evidentemente, movilizar, porque sin movilización no va haber nada para la clase trabajadora».
La mayoría sindical vasca continuará ese trabajo de unidad, porque -como señaló Etxaide- «esta huelga general ha demostrado que la clase trabajadora puede y debe ser protagonista del debate de cuál es la salida a la crisis; sobre qué bases se tiene que construir una salida a la crisis. Y, desde luego, abordaremos ese reto con convicción y ambición». Los máximos representantes de la mayoría sindical vasca recordaron que la alternancia política en los diferentes gobiernos «no es sinónimo de cambio» y acusaron a los gobiernos autonómicos de Iruñea y de Gasteiz de «servir, antes y ahora, a los intereses de la patronal».
En este sentido, Ainhoa Etxaide señaló que «estamos convencidos de que la clase trabajadora está dispuesta a responder, porque hay sindicalismo capaz de organizar esas respuestas y hay una mayoría social para abordar una defensa real y eficaz de los intereses de este pueblo. Hoy estamos en mejores condiciones para abordar el verdadero reto que tenemos en esta fase, que no es otro que disputar el poder a la patronal, dentro y fuera de las empresas; recuperar la capacidad de decidir de los trabajadores para condicionar la dirección de la política económica y hacer una apuesta de calado para liderar la capacidad de lucha que existe dentro de la clase trabajadora y, a la vez, de confrontación, que es capaz de articular las fuerzas suficientes para dar pasos decisivos en los cambios estructurales que demanda Euskal Herria»
Ainhoa Etxaide tachó de «fraude» la mesa de diálogo social que Patxi López trata de impulsar, porque se hace a la medida de la patronal y no se tienen en cuenta las decisiones de los trabajadores, ya que la alianza entre Administración y patronal trata de cargar sobre ellos el peso de la crisis.
«Cuando se viaja en coche oficial, se suele tener el riesgo de que se pierde la medida de los derechos reales. El lehendakari Patxi López ha dicho que la crisis que padecemos no ha lesionado ningún derecho a los trabajadores. Que se lo diga a las 55.000 personas desempleadas con un sistema pobre de protección social».
La mayoría sindical vasca valoró de forma positiva la huelga y recordó que se logró a pesar «de la manipulación, la mentira y el engaño de los servidores de la élite económica».
En la valoración final de la huelga general, cada representante sindical realizó un repaso de la realidad. Así Estitxu Ugarte, responsable del sindicato de transportistas autónomos de Euskal Herria, Hiru, recordó que «atravesamos una situación dramática. No existen expedientes de regulación ni derecho al paro, ni `paraguas social' que nos ayude como al resto de los trabajadores, pero los transportistas trabajamos cada día bajo el chantaje y la rebaja de las tarifas para poder trabajar». Estas razones son las que llevaron a Hiru a secundar la huelga, «que fue un éxito».
Por lo que reclamó a la sociedad que «entre todos debemos dar pasos adelante en el sector de mercancías, pero debemos estar al tanto de lo que ocurre porque rechazamos a los especuladores y a las grandes empresas que nos imponen la forma de trabajar». Josu Balmaseda, de ESK, recordó que son los trabajadores los que están pagando las consecuencias de la crisis con los despidos, expedientes de regulación y precarización de las condiciones de trabajo. Incidió en que la pobreza «aumenta y que no vemos que se pongan los medios adecuados para erradicarla». A juicio de Balmaseda, en este ya largo período de crisis económica que está afectando a la sociedad «no oímos a los gobiernos que se solidaricen con los trabajadores con medidas efectivas y reales para que no pierdan el empleo, que realicen reformas fiscales de apoyo a las rentas salariales, ni el aumento al derecho al paro, a que no se deshaucie a las familias por impago de hipotecas».
Por último, Arantza Fernández de Garaialde, de STEE-EILAS, recordó al Gobierno de Lakua que hay precariedad en el sector de la Enseñanza y que «la educación debe ser integral».
Ainhoa Iturbe, representante de EHNE, intervino reconociendo el éxito de la huelga e incorporó reflexiones que desde el sector primario están hoy más que nunca entre las demandas de la mayoría social de Euskal Herria y demandó la «soberanía alimentaria» para lograr un medio sostenible y sano para el conjunto de la sociedad.
Iturbe recordó que el sector agrario y ganadero padece una elevada precariedad y aseveró que «la crisis en este sector supera ya los veinte años. La agricultura y la alimentación no son demandas estratégicas para los gobiernos», denunció, al mismo tiempo que recordó que «la alimentación está en manos de grandes grupos de alimentación y en manos de la agroindustria, que cuentan con el apoyo y las ayudas económicas de los gobiernos, que actúan en contra de los agricultores y ganaderos».
Ainhoa Iturbe pidió «la alianza de la sociedad con el sector primario» para conseguir una mejora de la actividad agraria, ganadera y pesquera, porque revertirá en la sociedad. En este momento, expresó, «el 90% de lo que consumimos en Euskal Herria se trae de fuera y quienes producen esos alimentos que nos llegan lo hacen en condiciones precarias». Por eso, la responsable de EHNE expresó que la mayoría social vasca que ha salido a la calle en demanda de otras políticas económicas debe apostar «por la soberanía alimentaria para que seamos nosotros quienes decidamos qué comemos y como lo producimos en nuestro pueblo».