GARA > Idatzia > Iritzia > Kolaborazioak

Mikel Basabe e Iñaki Irazabalbeitia Aralar

El ignorante orgulloso

Así sigue la historia, con ignorantes temerosos y refractarios de lo que desconocen. Es normal: tanto el ignorante como sus hijos políticos viven de politizar los idiomas, de enfrentarlos entre sí

Ignorante lingüístico, y orgulloso de serlo. Así se nos presenta Mayor Oreja, ése que por un puñado de votos no fue lehendakari -¿de todos los vascos?- de la mano de los socialistas.

Orgulloso ignorante lingüístico, no sólo porque no sepa hablar uno de los dos idiomas oficiales de la comunidad autónoma que pretendió presidir. Ignorante lingüístico porque parece creer que el dominio de un idioma te impide el dominio de otro. Que no se puede hablar bien castellano si uno habla euskera. ¡Hace falta ser ignorante! Y hace falta desconocer la realidad lingüística no sólo de este pueblo, sino de infinidad de lugares en el mundo en los que los ciudadanos hablan dos idiomas en su entorno social habitual.

La ignorancia es atrevida, dicen. En algunos casos lo es, sin duda. Se sigue despachando el ignorante diciendo que en Europa hay que concentrarse en defender el español, no el catalán. Hace falta ser ignorante para entender que las dos defensas son incompatibles, que no se puede defender el español sin menoscabo de buscar la oficialidad del catalán en la Unión Europea. Hace falta ser ignorante para pensar que «el catalán se tiene que defender en Cataluña»: como si el catalán fuera un idioma sólo de Catalunya (a lo mejor piensa el ignorante que el castellano es idioma sólo de Castilla, o el español sólo de España, quién sabe).

Con ese doble planteamiento (no aprender euskera, para así hablar bien castellano; no defender el catalán, para así defender bien el español), el ignorante intenta enfrentar el euskera y el catalán con el castellano. Como si fueran enemigos, como si fueran incompatibles. Es tan pobre su universo lingüístico que se circunscribe a un único idioma. Y se muestra ufano de ello.

Ignora tal vez el ignorante, que el catalán es el idioma oficial de un estado independiente, miembro de la ONU: el catalán es el idioma oficial de Andorra. Así que bastaría con que ese estado independiente, de unos 80.000 habitantes, pasara a formar parte de la Unión Europea para que el catalán (hablado, en sus diferentes variedades dialectales, por más de 9,9 millones de ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea) se convirtiera también en idioma oficial en la Unión Europea, como ya lo son el gaélico (idioma que es oficial en Irlanda junto con el inglés y cuenta con unas 300.000 personas que lo hablan como primera lengua); o el maltés, oficial en Malta junto al inglés, y que es hablado por unas 300.000 personas en total. Ambos idiomas son oficiales en la Unión Europea, no por la cantidad de ciudadanos y ciudadanas de la Unión Europea que los hablan, sino porque son oficiales en estados independientes. Lo mismo ocurrirá con el islandés (otros 300.000 hablantes y único idioma oficial de la isla) si Islandia se convierte en miembro de la UE: ¡y luego se sorprenderán de que queramos conformar un estado independiente dentro de la Unión Europea!

Y así sigue la historia, con ignorantes temerosos y refractarios de lo que desconocen. Es normal: tanto el ignorante como sus hijos políticos viven de politizar los idiomas, de enfrentarlos entre sí. Pues sepa el ignorante que nosotros sí apoyaremos en el Parlamento Europeo que el catalán sea idioma oficial de la Unión Europea. Y cuando lo hagamos, sabemos que eso no será en perjuicio ni del castellano ni de ningún otro idioma, y sí en beneficio de los ciudadanos y ciudadanas de la Unión. De todos y todas, porque dar derechos en igualdad a quienes no los tiene es una forma de avanzar en la convivencia. Claro que quien se opone a todos los avances sociales que dan derechos a las minorías no puede entender este planteamiento.

Amaitzeko, zorte on, Ramon: horrelako bidaia-lagunekin beharko duk eta.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo