Nuevas lluvias torrenciales provocaron más inundaciones y derrumbes de lodo ayer en el estado indio de Bengala y las áreas costeras de Bangladesh, lo que afectó a los trabajos de rescate que se están llevando a cabo tras el paso del ciclón «Aila» que ha destruido miles de viviendas y ha dejado al menos 191 muertos.

El ciclón tocó tierra el lunes con vientos de hasta 110 kilómetros por horas y aunque en un principio parecía que se iba a dirigir a la metrópoli bengalí de Calcuta, finalmente se desvió unos 50 kilómetros al oeste y conti- nuó su marcha hacia el norte. El huracán arrancó árboles, derribó postes del tendido eléctrico y arrasó viviendas por toda Bengala, donde al menos 100.000 personas resultaron afectadas, mientras que en Bangladesh provocó un aumento de la marea que inundó al menos cuatro distritos.

Sin vivienda y aislados

Cientos de miles de personas quedaron aisladas en las aldeas anegadas tras el embate del ciclón, que comenzó a amainar el martes. Se prevé que el balance de muertos aumente en ambos países al tiempo que los equipos de rescate empiezan a acceder a las zonas más remotas.

Los derrumbes en el distrito productor del famoso té Darjeeling en India, causaron la muerte de al menos 22 personas durante la noche. En India, la cifra oficial de fallecidos era ayer de 78 personas.

Las autoridades blangladeshíes informaron de 113 muertos. Muchas personas se ahogaron o fueron arrastradas por las aguas cuando la marea azotó la costa.

Aunque el ciclón se debilitó, seguían las lluvias torrenciales que causaron nuevos desprendimientos y obstaculizaban las tareas de rescate y distribución de ayuda. Decenas de miles de personas fueron evacuadas a zonas más seguras y al menos medio millón perdieron sus viviendas o sus aldeas quedaron aisladas por las inundaciones.