Amnistía Internacional (AI) pidió ayer un nuevo modelo económico y liderazgo político para superar la «crisis de derechos humanos» que está acompañando a la recesión y a la que los gobiernos no están prestando suficiente atención.

«Bajo la crisis económica hay una explosiva crisis de derechos humanos», dijo la secretaria general de AI, Irene Khan, al presentar el informe anual. Pidió un «nuevo acuerdo mundial» e invitó a los líderes a invertir en derechos humanos «con tanta determinación como lo hacen en economía». «El mundo necesita un liderazgo diferente, un modelo político y económico distinto, que funcione para todos y no sólo para unos pocos privilegiados», dijo.

La falta de comida, agua, trabajo, tierra y vivienda, y el aumento de la desigualdad, la inseguridad, la xenofobia, la violencia y la represión, «conforman una crisis mundial que requiere soluciones globales basadas en la cooperación internacional y los derechos humanos».

Denuncia la pobreza extrema en África, la marginación de los indígenas en América Latina y de los gitanos en Europa, las penurias de los pobres de India y China, las favelas de Brasil y la desigualdad en los países desarrollados.