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LAB hace públicas las miserias de Koxka editando «El libro negro»

Los despedidos de LAB de Koxka han decidido airear el camino de traiciones y miserias que emprendió la empresa para acabar echando a 191 trabajadores. El proceso comenzó con la ruptura de un acuerdo sustentado por 370 trabajadores en busca de cero despidos y terminó con UGT y CCOO firmando que casi 200 personas acaben en la calle. Un ERE que se convirtió en una limpieza ideológica gracias al despido masivo de afiliados de ELA, LAB y ESK.

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Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
 
Los despedidos de LAB de la empresa Koxka, hartos de que CCOO y UGT les desacrediten en la calle, han decidido hacer público todo el proceso que ha culminado con el despido de 191 trabajadores, la práctica totalidad de los afiliados a LAB, ELA y ESK. El documento comenzó a repartirse ayer y a enviarse de forma masiva a través del correo electrónico.
El libro negro de Koxka’ recoge los dos documentos claves para probar que se trató de una limpieza ideológica dentro de la empresa: las listas de LAB, ELA y ESK en las elecciones sindicales de 2006 y la denuncia presentada por 76 trabajadores en contra de un convenio de eficiencia limitada de hace seis años.
 
El resultado es clamoroso. De las 14 personas que se presentaron por ELA en 2006, sólo quedan dos; de los 22 candidatos de ESK, los dos representantes sindicales y un único trabajador; de los 19 de LAB, sólo conservan su puesto los tres representantes sindicales. Por contra, de la lista de CCOO, continúan dentro 21 de 24 y, de la de UGT, 15 de 19. En cuanto a los 76 trabajadores que denunciaron a Koxka hace seis años, sólo quedan ocho.
 
Pero el documento de LAB va mucho más allá. Incluye actas, tablas y analiza los comunicados vertidos por CCOO y UGT. Por ejemplo, en una pequeña relación de la antigüedad de los despedidos se observa cómo la empresa se ha deshecho de trabajadores de ELA, LAB y ESK que han dedicado 17, 22, e incluso 36 años de su vida a Koxka, mientras conserva en plantilla a otros con tan sólo cinco y seis años de antigüedad. Eso sí, vinculados a UGT o CCOO.
 
‘El libro negro’ denuncia la campaña de presiones por parte de los delegados de UGT y CCOO que trataban de evitar, sin éxito, que la plantilla decidiera poner en juego la indemnización de 45 días y 16 mensualidades –para pasar a tan sólo 12 meses y 20 días– en favor del objetivo común: evitar los despidos.
 
El texto se hace eco también la cadena de insultos y acusaciones que han tenido que soportar los representantes de los tres sindicatos por parte de los cargos de CCOO y UGT. Se les ha llamado «gorrones, demagogos y antidemócratas». LAB responde  con sus propuestas, como la fechada el 14 de enero, en la que defendía, como garantía para  que el ERE no saliera adelante, que los miembros del comité de empresa encabezaran las listas de despidos. Pero los representantes de CCOO y UGT preferían ya entonces salvarse ellos primero. Además, desde LAB denuncian la situación en la que se han quedado los tres representantes que mantiene en la empresa y a los que, ahora, sin el respaldo de las personas que les han elegido, la empresa no permite unirse a sus compañeros y compañeras y les mantiene en sus puestos como «miembros impresicindibles» de la plantilla. Según denuncian, a los tres representantes que todavía siguen en sus puestos de trabajo sólo les queda «mirar y temblar». Dos de ellos se encuentran actualmente de baja
 
La lucha continúa en los juzgados en busca del despido nulo

El portavoz de los despedidos de LAB, Carlos López, en la rueda de prensa para presentar `El libro negro de Koxka' en Iruñea, afirmó que ya es hora de que «la gente conozca de primera mano la realidad de lo que pasó» y recordó que el caso está ahora en manos de los tribunales, que estudian ahora las reclamaciones de los tres sindicatos y de los abogados de los despedidos sin afiliación. Los represaliados por el ERE de Koxka mantienen abiertas dos vías para tratar de recuperar sus empleos perdidos. En primer lugar, los tres sindicatos implicados (así como los despedidos que no estaban afiliados) defienden que éste, quizá el episodio más negro de la historia sindical navarra de los últimos años, es un caso claro de despido ideológico. De prosperar esa demanda, el despido sería considerado nulo, con lo que los trabajadores deberían regresar a sus puestos de trabajo y, además, cobrarían las mensualidades que no han recibido durante todo este tiempo. LAB pelea ahora porque esta reclamación sea tramitada por el tribunal de lo social de Nafarroa. Por otra parte, los despedidos ven un inumplimiento por parte de la empresa del Expediente de Regulación de Empleo de las indemnizaciones a los despedidos. Esta reclamación que irá por lo contencioso-administrativo también busca conseguir que los despidos sean considerados nulos y, por tanto, que los empleados sean readmitidos. «El debate sigue en la calle, y estamos hartos de que se manipule», subrayó López, quien espera que su «Libro negro» despeje las dudas que puedan quedar y que zanje ya la campaña de desprestigio a la que está siendo sometidos. A juicio del portavoz de LAB, ahora es tiempo de que los tribunales hagan su trabajo.

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