El Fútbol Club Barcelona se coronó anoche como el mejor equipo del mundo tras vencer con absoluta justicia al Manchester United en Roma. El conjunto de Guardiola -principal artífice del éxito blaugrana-, arrebató el balón a los ingleses y entró en la historia al conseguir el triplete. Liga, Copa y Champions. Un hito prácticamente inigualable y que, además, ha llegado acompañado de un fútbol extraordinario. Una locomotora que ha arrollado a todos los rivales que se han puesto en su camino, llegando incluso a humillar a varios de ellos. Así, hasta conseguir la tercera Copa de Europa de su historia.

La vertiginosa circulación de la pelota en la medular, con dos arquitectos de apariencia frágil y construcción sublime como son Xavi e Iniesta, el acierto de un técnico que ha sabido recuperar a Eto'o y Henry, y la agresividad bien canalizada de otros futbolistas han sido claves para formar una máquina que ha funcionado a la perfección.

Guardiola, nombrado después de entrenar únicamente al filial culé en Tercera, ha sabido devolver la autoestima a un bloque había quedado en stand by tras el fracaso de la autogestión concedida por Rijkaard a su vestuario. Sus primeras decisiones, prescindir de Deco y Ronaldinho, los dos estiletes de la pérdida del hambre y la ilusión. El de Santpedor, que conoce la casa como nadie -comenzó siendo recogepelotas-, ha dotado a su equipo de un estilo e impronta para entrar en la historia. Y es que serán pocos los que no recuerden el juego que han desplegado los catalanes a lo largo de la presente temporada.

Anoche, los blaugranas supieron dar la vuelta al fervoroso inicio del Manchester para acabar gustándose en los últimos minutos del choque. Los ingleses quisieron plantear un partido eléctrico y salieron en tromba. Un arranque que dejó algo aturdido al Barcelona y provocó que Cristiano Ronaldo dispusiese de dos buenas opciones.

Inmediatamente después de la segunda ocasión del luso, Eto'o cortó su mala racha con una jugada genial. Iniesta recuperó la pelota en el centro del campo, inició una carrera en vertical y demostró que es el jugador más determinante del fútbol actual. Optando siempre por la decisión más sencilla, el manchego es un jugador imparable. Ayer sirvió para el camerunés, que tras doblar la cintura de Vidic, batió a Van der Sar.

Con la ventaja blaugrana, la presión de los red devils amainó durante toda la primera mitad. La pelota era culé y el United sufría viendo que era incapaz de recuperarla y así mostrar la misma actitud que en la Premier. Desarmado sin balón, se veía superado una y otra vez. Ferguson trató de variar el curso del choque con la entrada de Tévez al inicio de la segunda parte. En vano, el Apache también se dedicó a correr tras el esférico.

Thierry Henry, que se desquitó de la derrota que sufrió con el Arsenal hace tres años, estuvo a punto de hacer el segundo tras una gran jugada en el área y Xavi estrelló un lanzamiento de falta en el palo. El segundo parecía al caer, pero la inclusión de Berbatov y el misticismo que rodea al United tras la increíble remontada de la final de 1999 alimentaban cierta inquietud en seno del conjunto blaugrana.

«La Pulga», de cabeza

Las dudas desaparecieron en cuanto apareció Lio Messi. El argentino, bastante gris durante gran parte del encuentro, marcó de la manera menos esperada; de cabeza. Una rápida recuperación azulgrana dio paso a un excelso centro de Xavi que la Pulga remató al estilo de los mejores panzers. El tanto sentenció la final y permitió ver al presidente español Zapatero -confeso culé- imitar los gestos de su homólogo italiano Sandro Pertini en el Mundial de 1982.

Los minutos finales permitieron a los azulgranas gustarse y poder saborear los últimos coletazos de una temporada espectacular. Su rival, en cambio, asistió impotente a una fiesta ajena que le dejaba sin el trono de mejor equipo del mundo. Algunos, como Ronaldo o Scholes, no supieron encajar bien la derrota y protagonizaron algunas acciones alejadas de su categoría.

Con todo decidido, Guardiola dio un otro ejemplo de que controla el escenario como nadie. Capaz de ser el técnico más innovador del mundo sin olvidar su origen, dio la oportunidad al canterano Pedrito. Sin renunciar a su origen catalán, ha creado uno de los equipos más elegantes de la historia y ha recibido el aplauso unánime.