Gloria LATASA | gloriameteo@hotmail.com
La Pequeña Edad de Hielo
Europa se enfría. Los viñedos desaparecen de Inglaterra, el cultivo del cereal en Islandia se estropea, los glaciares de los Alpes avanzan y amenazan a los habitantes de los valles, en el norte los ríos se congelan con frecuencia y sobre ellos se realizan hasta ferias... No hay más que ver algunos grabados de Brueghel (pintor flamenco del siglo XVI), leer textos de Shakespeare citando a un Támesis helado, o escuchar viejas historias de procesiones para exorcizar a los ríos de hielo que invadían el encajado valle de Chamonix.
Pero no son historias de hoy. Son historias de una época que se inicia hacia el año 1.350 y que no acabará hasta mediados del siglo XIX. Quinientos famosos años en los que las temperaturas europeas fueron tan frías que dieron lugar a lo que se conoce como La Pequeña Edad de Hielo.
Sin embargo, se sabe que el frío no fue siempre igual de intenso y que llegaron a alternarse períodos en los que el clima era más severo (según algunos estudios, debido a la particular crudeza de los inviernos), con otros en los que las condiciones atmosféricas eran más parecidas a las que conocemos actualmente. Dos de esos episodios más fríos se dieron durante el siglo XIV y la primera mitad del XIX.
La causa del recrudecimiento del clima en Europa durante este período podría estar relacionada con cambios en la corriente oceánica del Atlántico, con temporadas en las que el sol mostraba una menor actividad, o con una variación en el régimen de vientos (en superficie, menos frecuencia de vientos del oeste; y en altura, viento ? el Jet Stream? muy lento y divagante) desencadenada por una menor «entrada» de radiación ultravioleta.