La decisión sobre el entrenador de la Real no está tomada, en contra de lo que algunos manifiestan. Loren ha buscado una alternativa en el caso de que no siguiera Lillo. Eso no es ninguna traición a un técnico por el que el director deportivo ha apostado con firmeza, sino una obligación porque un mal final obligaba al cambio. Lo criticable es que la alternativa sea Martín Lasarte. La Segunda es un mundo especial dentro del fútbol y cada año se demuestra que los entrenadores y los jugadores que triunfan tienen experiencia en la categoría. Uno pensaba que se iba a buscar una alternativa con experiencia en Segunda y que cubriera un perfil ideal. Estar avalado por un ascenso, conocer la categoría, los jugadores de la Real, confiar en los jóvenes y apostar por un fútbol físico y táctico. Uno esperaba alternativas como Mendilibar, Gonzalo Arkonada, Preciado..., porque lo de Emery sería una utopía cuando la crisis obliga a reducir los 500.000 euros de este año de Lillo. Y decepciona que el elegido sea un técnico cuyo conocimiento del fútbol español y la Segunda se limita a cuando jugó hace veinte años en el Deportivo. Si se analiza la lista de entrenadores que han subido a Primera en los últimos diez años, Espárrago y Kresic son los dos únicos nacidos fuera de la Península. Y tenían experiencia en Segunda. El objetivo no es sólo ascender, es fundamental comenzar bien la próxima Liga para mantener la paz social y no perder abonados. Y por eso es muy peligroso experimentar con un entrenador que no conoce la Segunda, que no tiene un palmarés y un perfil ilusionante y que necesitará meses para conocer la plantilla y la categoría. Por eso, si la alternativa es esa, lo mejor es acabar esta temporada bien, dar continuidad a la buena tarde de Salamanca y que la afición vea con buenos ojos la continuidad de Juanma Lillo. Como la decisión no está tomada, lo mejor que pueden hacer los jugadores para mantenerle en el puesto no es hablar. Si se acaba con 72 puntos, 40 en la segunda vuelta, y con buena imagen no se debería cambiar al entrenador por uno que es una incógnita en Segunda.